El máximo representante de Ascabús explica que además de las homologaciones de tipo, la norma ofrece distintas salidas para que las empresas se puedan acoger a su articulado, como los fabricantes de series cortas, los de segunda fase, etc. "Algunos de los miembros de Ascabús ya tienen homologaciones de tipo conformes a la norma. Los carroceros que se dedican en exclusiva al segmento urbano, por ejemplo, ya llevan una considerable ventaja, dado que tienen una colaboración preferente con algunos proveedores de chasis". Según Ugarte, "la especialización es algo que no va a potenciarse con la homologación de tipo, es un asunto más que abordado por el Sector". A su juicio, y teniendo en cuenta como está el mercado, "no se puede hacer de todo; es preciso concentrarse en un determinado segmento de actividad".
En Ascabús consideran que la homologación de tipo no supondrá una ruptura con el devenir actual del mercado. "Hace unos años, cuando se produjo la conformidad de la producción, sí que existieron algunas empresas que decidieron abandonar el Sector, ante las complicaciones que suponía. Entonces sí asistimos a un corte, una selección natural en el Sector, que no se repetirá en esta ocasión", explica Ugarte. Para el presidente de los carroceros, "la homologación de tipo no generará situaciones radicales, puesto que, por ejemplo, las series de corta se han fijado en un máximo de 200 vehículos por país, lo que significa que un fabricante puede producir hasta 200 unidades para cada mercado en el que esté presente, un volumen más que suficiente".
En resumen, la norma persigue "hacer las cosas de un modo un poco más serio, lo que no quiere decir que no estuviéramos haciendo las cosas bien, sino al contrario. El legislador, en ocasiones, no está todo lo cerca de la realidad que sería aconsejable". A modo de ejemplo, Ugarte cita que "no se entiende que un vehículo de dos ejes pueda tener una longitud máxima de 13,5 metros, con las complicaciones que eso genera en cuanto a pesos máximos o radios de giro. Pero es así". En este sentido, en España siempre vamos un paso por delante de las homologaciones comunitarias. "Un ejemplo es la futura normativa de compatibilidad electromagnética, que la mayoría de los carroceros españoles, al menos los que exportan, ya están cumpliendo".
Defender el mercado local
"El carrocero nacional tiene que defenderse con uñas y dientes ante la llegada al mercado nacional de vehículos completos. Y nuestros argumentos son la garantía, el servicio, la calidad del producto, el saber hacer, la tradición y la flexibilidad que tenemos, frente a las grandes empresas, para adecuarnos a la demanda, sea normativa o por parte del cliente", concluye.
