Para José Luis Molinero, director de comunicación de la EMT de Madrid, el Tempus constituye "una buena propuesta por varios motivos. En primer lugar porque es positivo desde el punto de vista medioambiental, que pasa por la utilización de vehículos híbridos. También porque se trata de una marca española y esto para nosotros es importante. A su vez nos interesa que haya más empresas que se decidan a presentar una propuesta de este tipo. Y en tercer lugar por sus dimensiones. Creemos que puede adaptarse muy bien a las necesidades de la ciudad en este sentido, al igual que lo han hecho los minibuses Gulliver puestos en marcha en las líneas M2 en barrios como Lavapiés y Cortes".
Pero además de por sus cualidades técnicas, el Tempus de Castrosua ha atraido a los responsables de la EMT de Madrid en términos estéticos. "A pesar de que éste que estamos probando es un modelo carrozado especialmente para ferias y habría que hacerle alguna modificación de asientos, barras, etcétera, estéticamente es un autobús que nos ha gustado", reconoce Molinero.
Mejoras técnicas
La experiencia registrada hasta el momento por TMB en Barcelona, donde este mismo modelo lleva varios meses en servicio, ha servido para que el Tempus llegue a Madrid en óptimas condiciones -tras ser corregidos algunos inconvenientes técnicos- para cumplir con las expectativas.
Por el momento, el vehículo del carrocero gallego dispone de cinco semanas para superar su particular examen en la capital y conquistar a los usuarios que tengan la fortuna de probar el escaso nivel de ruido que se registra en sus trayectos, la nula contaminación atmosférica -en circulación eléctrica- y la gran cantidad de luz que penetra en su interior a través de la extensa superficie de techo acristalado. Si a ello añadimos 9,5 metros de longitud, con un total de 47 plazas (17 asientos y 40 en pie) y total accesibilidad, parece que este prototipo tiene muchas posibilidades de lograr una valoración positiva en Madrid.