El estudio, que ha contado con financiación europea -a través del Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana- y la colaboración del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Politécnica de Valencia, responde, según Solaz, a "una necesidad detectada hace tiempo por los diferentes observatorios vinculados al sector de la automoción" y para los que el tema de las vibraciones ha llegado a convertirse en una "preocupación". Dos años de trabajo y un volumen importante de capital humano ha permitido generar las reglas que relacionan los parámetros de diseño de los asientos de pasajero con la sensación de incomodidad a lo largo del tiempo.
Como toda investigación científica, el proyecto abarca infinidad de parámetros y categorizaciones, en ocasiones difíciles de simplificar y que permiten distinguir, por ejemplo, entre los valores de asientos convencionales y aquellos destinados al conductor, cuyas exigencias de comodidad son siempre mayores. El Departamento de Ingeniería Mecánica de la U.P.V. ha diseñado un prototipo de bastidor que ha permitido realizar las mediciones de nivel de vibración oportunas, dependiendo de los diversos tipos de asiento analizados.
En declaraciones a Nexobús.com, Solaz señala como una de las conclusiones de la investigación la gran influencia ejercida por "los distintos materiales utilizados en la fabricación de los asientos de los vehículos en el nivel de percepción de la vibración". A modo de ejemplo, el investigador señala la eficiente capacidad de absorción de las siempre molestas vibraciones que se producen en la carretera que presentan materiales de tipo viscolástico, como las espumas, frente a otros más rígidos de menor resistencia.
Mayor exigencia del usuario
Uno de los aspectos que determinan la relevancia del estudio realizado por el IBV es, en opinión de José Solaz, el nivel de confort exigido a día de hoy por los usuarios. "El viajero espera encontrarse en los medios de transporte colectivo con las mismas comodidades que en un vehículo particular", asegura. Desde el punto de vista del sector de la automoción y transporte, se trata, para el IBV, de un proyecto totalmente transferible a cualquier empresa del campo de diseño y desarrollo de componentes de asientos, tanto en el campo de la producción como en el de la seguridad pasiva.
