El Caddy Life se desenvuelve más que correctamente en cualquier terreno donde se encuentre, o al menos esa es la impresión que deja tras la prueba dinámica que NEXOTRANS tuvo ocasión de realizar hace algunas fechas. Su facilidad de conducción y el comportamiento en carretera, además del confort a bordo, destacan sobre el resto de las prestaciones, pero quizá estos aspectos, junto con la fiabilidad (que no se puede evaluar en una prueba tan corta), son los más apreciados por los clientes de este segmento, que puede darle a su vehículo un uso tanto particular como profesional. Y este conjunto se consigue mediante una serie de puntos que Volkswagen incorpora al Caddy Life, como un sistema de suspensión muy positivo, que redunda en la comodidad de marcha, la escasa sonoridad del interior, la respuesta del motor en la zona más baja del cuentarrevoluciones, el sistema de frenado (sorprendente en las ocasiones más complicadas) y el manejo del vehículo.
Equipamiento
Si hablamos del equipamiento, tenemos que destacar como puntos fuertes el cruise control, muy fácil de utilizar y que vuelve a la velocidad programada de forma progresiva (lo que es de agradecer respecto a otros sistemas que realizan esta función más bruscamente), el navegador de a bordo (muy completo e intuitivo), o el ESP, que sin duda favorece a la estabilidad del vehículo.
Puesto a prueba, llevándolo al máximo en el trazado de rotondas, su respuesta fue incluso mejor de la esperada. Quizá el único ‘pero’ sea que tanto el ESP, como el navegador, las llantas de aleación y el control de velocidad son opcionales. Siguiendo con el interior, son multitud los espacios destinados a albergar objetos, sobre todo el situado sobre las viseras que abarca todo el ancho del vehículo, muy práctico sin duda. Detalles como el portabotellas en los espacios portaobjetos de las puertas contribuyen a la sensación interior, muy agradable en todo momento. El accionamiento de los instrumentos es intuitivo. La palanca de cambios es de fácil y suave utilización, y tanto el navegador como el climatizador, en la consola central, también están a mano. La lectura del ordenador de a bordo, situada en el salpicadero entre los dos relojes y con la leyenda en rojo, hacen muy sencilla su consulta, que se va modificando desde una de las dos únicas palancas que salen del tronco de la dirección. Todo muy sencillo, eliminando complicaciones.
El Caddy Life al que tuvimos acceso guardaba bajo el capó el motor diesel 1.9 TDI del fabricante alemán, en su versión de 104 CV, una potencia que alcanza a 4.000 rpm y que le permite una entrega de 250 Nm de par motor a un régimen de giro de 1.900 rpm. Las cuatro válvulas que trabajan en cada uno de sus cuatro cilindros en línea hacen posible una adecuada respuesta a casi todos los requerimientos del conductor, a lo que se sumaría un consumo más que ajustado. Durante los casi 300 km realizados, a una velocidad media total de 75 km/h, según los datos del ordenador de a bordo, el consumo obtenido fue de 6,4 litros/100 km, frente a los 6,0 que refleja la documentación oficial de la marca para recorridos combinados. La diferencia estriba, a buen seguro, en que el nivel de exigencia del vehículo fue máximo en determinadas ocasiones, buscando el límite de las prestaciones antes que la conducción eficiente. El resto de datos aportados por el fabricante indican un consumo urbano de 7,4 litros cada 100 km, que se reducen a 5,2 en ámbitos interurbanos. Este motor cumple con la normativa Euro 4 de emisiones. Otros datos técnicos del vehículo serían los neumáticos 195/65 R15, que tienen la posibilidad de refuerzo para todos los climas en opción, dirección electromecánica con un radio de giro de 11,3 metros, frenos de disco en ambos ejes, y unas dimensiones de 4.405 mm de largo, 1.802 de ancho y 1.833 de alto, para una distancia entre ejes de 2.682 mm.
