Como viene siendo habitual en estos casos, según las fuentes consultadas, el seguimiento de una movilización de este tipo es muy diverso. Por eso, desde la EMT se señalaba que sólo un 40% de los trabajadores secundó la huelga, añadiendo que no existieron grandes problemas de aglomeraciones ni en paradas ni dentro de los propios autobuses. A juicio de la empresa municipal, los servicios mínimos funcionaron, y que ‘los búhos’ tuvieron un coche por línea, cumpliendo el 50% estipulado.
Por su parte, Comisiones Obreras cifró en un 100% la participación de los conductores en la huelga, que los servicios mínimos se estaban cumpliendo a rajatabla, y que éstos eran desproporcionados, "porque las paradas de autobús estaban vacías por la mañana".
Justo la noche anterior, se produjo un último intento de acercamiento entre las partes, a fin de evitar la movilización, que no llegó a buen puerto porque, según UGT, "la dirección se limita a exponer, una y otra vez, las mismas propuestas con ligeros matices". Por contra, el director gerente de la EMT de Madrid, Javier Conde, consideraba en la tarde del jueves que lo que pretenden los sindicatos con la huelga "es hacer rehenes a los usuarios para obtener beneficios fuera de toda medida".
Conde aseguró que los sindicatos "no han querido negociar" y que el comité de empresa ha convocado una huelga tras sólo seis reuniones, sin tiempo para debatir ningún aspecto y con la idea de "aprovechar" la cercanía del proceso electoral.
Cifras de afectados
Cerca de 1.700.000 viajeros se están viendo afectados por estos paros que continúan en la jornada de hoy, y que se repetirán, según los sindicatos, los días 29 de febrero, 3 y 7 de marzo, y que reducirá a un 50% el servicio durante la hora punta (de 6.30 a 9 horas y de 17 a 19.30 horas) y del 40% en hora valle, en las líneas que coincidan con la red de Metro. En el caso de que las líneas de autobuses que cubren zonas donde no hay suburbano, los servicios mínimos se han fijado en un 60% en hora punta y en un 40% en hora valle.
