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Bergé y Gamesa presentan en Avilés los planes de su sociedad conjunta Compass Transworld Logistics

La formalización del acuerdo se produjo en octubre de 2007, y está operando desde comienzos de año

lunes 31 de marzo de 2008, 01:00h

El grupo de transporte y logística Bergé y la empresa vasca Gamesa Eólica realizaron el pasado viernes en Avilés la presentación de su alianza para coordinar de forma conjunta los proyectos logísticos a escala mundial de la compañía, especializada en tecnologías para energías renovables.

Bajo la denominación de Compass Transworld Logistics, ambas entidades llevan funcionando desde el pasado 12 de enero bajo la dirección de Bergé Asturias, que a través de su división marítima gestiona el flete de las estructuras para torres eólicas que fabrica la empresa Tadarsa en el Parque Empresarial Principado de Asturias.

De hecho, el anuncio de la alianza entre ambas compañías coincide con la salida del tercer embarque de torres eólicas para Estados Unidos desde la localidad asturiana, precisamente en el mercante pionero en la utilización del sistema de tracción eólica para la navegación desarrollado por la empresa alemana ‘Skysails’.

El barco tiene unas dimensiones de 132,2 metros de eslora y 15,87 de manga, es fruto de un contrato suscrito por la naviera alemana Beluga y la empresa que ha desarrollado un nuevo  sistema de navegación que aprovecha la fuerza del viento para reducir el consumo de carburante. Es el primero en utilizar de forma comercial un sistema consistente en una especie de parapente de unos 160 metros cuadrados de superficie, que va unido a la proa del buque por un cable plástico de gran resistencia.

Parapente

El sistema permite ahorros de combustible de entre el 15 y el 30%, según la compañía, que significarían unos 1.500 euros diarios de ahorro (de los que la naviera entrega a los tripulantes un 20% como incentivo). Por ahora, las primeras travesías del ‘Beluga Skysails’ se han confirmado con éxito, a pesar de que la fuerza del viento no sea demasiada, puesto que al elevar el parapente a altitudes que rondan los 300 metros, es capaz de aprovechar la fuerza de vientos mucho más intensos que los que recogerían las velas convencionales.