La primera jornada del viernes se disputará sobre tierra, después de la cual todos los equipos deberán cambiar sus vehículos a especificaciones de asfalto para los dos siguientes días. Mientras que dos de los tres tramos del viernes, a los que se les darán dos pasadas a cada uno, son solo de tierra, la última especial de cada bucle tendrá varias secciones de asfalto. Los pilotos deberán lidiar con hasta cinco cambios de superficie, lo que les hará perder algo de ritmo.
El rallye arrancará este año lejos de la Costa Daurada, ya que Barcelona acogerá la primera súper especial de la carrera en la noche del jueves, cuando las calles de los alrededores de la montaña de Montjuic sean el escenario del primer tramo. La jornada del viernes cuenta con 138,54 kilómetros contra el crono sobre tierra en las comarcas de Tarragona, pero la del sábado será la más larga del rallye con 160 kilómetros sobre asfalto listo, muy rápido y abrasivo con los neumáticos.
Lo más destacado será el tramo de 50 kilómetros de Escaladei, el más largo de la historia de la prueba y que sirve para conmemorar el medio siglo del rallye. Esta especial contará con carreteras que no se han utilizado desde el 2002 y también con la famosa horquilla de El Molar, que atrae a miles de seguidores. La jornada finalizará con una súper especial en el paseo marítimo de Salou.
Dos tramos a disputarse en dos ocasiones completarán el recorrido del domingo, el rallye finalizará con el Power Stage en el tramo de Riudecanyes, donde se otorgarán puntos extras a los tres pilotos más rápidos. Diecisiete tramos que sumarán 372,96 kilómetros contrarreloj, con el parque de atracciones de PortAventura de Salou como telón de fondo del parque de asistencia.
