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REACCIONES AL CAMBIO DE VELOCIDAD

Fenebús destaca que la Fundación CETMO advierte del peligro de disminuir la velocidad en carreteras

España tiene uno de los menores porcentajes de víctimas por accidente con implicación de un autocar/bus

jueves 11 de diciembre de 2014, 01:00h

La propuesta de la nueva Ley de Tráfico de reducir de 90 a 80 km/h la velocidad de los autobuses en carreteras convencionales motivó la reacción de las patronales del transporte en autobús. Fenebús ha destacado que también ha motivado la reacción de la Fundación CETMO, que advierte del peligro de esta propuesta.

La Fundación CETMO, que advierte del peligro de disminuir la velocidad en carreteras convencionales.
La Fundación CETMO, que advierte del peligro de disminuir la velocidad en carreteras convencionales.

Las patronales han señalado que disminuir la velocidad comercial de los autobuses (y la consecuente pérdida de competitividad) es incoherente con la reducción de las muertes totales atribuidas al tráfico. Por su parte, la Fundación CETMO (que da soporte al Centro de Estudios del Transporte del Mediterráneo Occidental), ha recopilado, estructurado y sintetizado la información disponible sobre la justificación teórica, económica y funcional de los diferenciales de velocidad impuestos a los vehículos pesados, respecto a los ligeros, ha informado Fenebús en su última Newsletter.

“El trabajo pone de manifiesto la dificultad y el costo de reaccionar defensivamente ante decisiones ajenas o circunstancias sobre las que el sector del transporte no tiene control”, explica la federación. También ha propiciado reflexiones con expertos y representantes de las diferentes áreas vinculadas a los vehículos, los transportistas, las administraciones, etc., que han permitido acceder a nuevas fuentes de conocimiento distribuido.

“Cada área de actividad implicada conoce en profundidad los entresijos y particularidades de su especialidad y la colaboración entre ellas propicia considerar la interacción de múltiples factores y proponer enfoques más creativos a los retos que plantea la creciente complejidad de la movilidad”, asegura Fenebús en relación a la análisis de la Fundación CETMO. Asimismo, destaca que subraya la pertinencia de que el sector tome conciencia acerca de que el grado de corresponsabilidad que asuma condicionará buena parte de la configuración del sistema de movilidad.

Análisis de la Fundación CETMO

Establecida una determinada velocidad máxima genérica absoluta (los 100 km/h, que limita el tacógrafo), no hay evidencias de que un diferencial de velocidad ligeros-pesados mejore la seguridad (con las características de los vehículos actuales), destaca la Fundación. En cambio, hay consenso en que homogeneizar la velocidad del tráfico reduce el riesgo de accidentes y mejora la funcionalidad, consumo y emisiones, si se cumplen condiciones de adecuada disciplina viaria en el uso de los carriles.

España tiene uno de los menores porcentajes de víctimas por accidente con implicación de un autocar/bus, ponderado por la población del país (sin tener en cuenta, por tanto, el efecto del turismo): 1,1 por millón de habitantes. Aun así, la peligrosidad (posibilidad de daños, que depende, entre otros factores, de la capacidad, aptitud y destreza del conductor) siempre puede reducirse mediante mejor equipamiento en los vehículos, capacitación y control empresarial de los conductores, control administrativo de la disciplina vial, etc.

En cambio, el riesgo de accidentes (probabilidad de daños) queda decisivamente condicionado por la cantidad de vehículos y la proporción de los peores tándems vehículo-conductor en el tráfico. Pese a su demostrada eficacia en la reducción del número y la gravedad de las colisiones, los vehículos ligeros no están obligados a incorporar limitadores de velocidad, grabadoras de datos de evento, etc.

El transporte profesional se considera clave para reducir muertes derivadas del tráfico y el sector debe asumir su parte de corresponsabilidad anticipándose, recopilando datos, analizándolos y elaborando propuestas innovadoras para participar proactivamente en las decisiones estratégicas que condicionen la mejora continua de su eficacia y de su posición en el mercado, con una visión de largo plazo, sea para crear oportunidades, para evitar problemas futuros, pero también para actuar sobre la percepción pública.

Por ejemplo, en las sesiones de trabajo se ha sugerido que las empresas de transporte deberían valorar nuevas oportunidades sectoriales de corresponsabilización en la reducción de muertes por accidentes, sea con una póliza colectiva con sustancial aumento de indemnizaciones, un observatorio especializado, etc. Más aún, la actual tecnología de identificación de vehículos mediante lectura de placas de matrícula permite (si cuenta con el respaldo de bases de datos suficientemente fiables) controlar límites de velocidad asignados individualizadamente y abre la puerta a limitación de la velocidad según antigüedad del vehículo, equipamiento y tecnología embarcados, seguros de accidentes, etc.

Reducir el riesgo de muerte a causa del tráfico requiere también coordinar las actuaciones de los diferentes ámbitos administrativos, señala el trabajo de la Fundación CETMO. Por ejemplo, ante la posibilidad de imponer a los vehículos pesados tarifas adicionales por circular por determinados corredores, conviene valorar la alternativa de medidas económicas compensatorias para el uso de corredores preferentes, porque el resultado de la primera opción puede ser un incremento de tráfico (y riesgo de accidentes) en rutas alternativas, frente a la reducción del paso de camiones por las vías convencionales que puede resultar de la segunda (reduce el riesgo en las vías convencionales y no altera el de las de altas prestaciones).