“No es aceptable que un comportamiento así, que supone un riesgo extra por la gran responsabilidad que conlleva portar a un gran número de menores, considerados los más vulnerables, quede como una simple infracción”, recalcan desde la Asociación para el estudio de la lesión medular espinal (Aeslema). “No es necesario dar bandazos, hacer eses o dar un frenazo inapropiado, para considerar este comportamiento como conducción temeraria, pues el simple hecho de usar el teléfono móvil al volante con niños a tu cargo, ya es una temeridad”.
Desde Aesle señalan que “ese comportamiento debe estar contemplado en el código penal, ya que la distracción es la primera causa de accidente de tráfico en España, y aparece como factor concurrente en un 38% de los accidentes con víctimas”. Por otro lado, como asociación que se dedica principalmente a inculcar educación vial a los menores, “nos sentimos especialmente orgullosos de que hayan sido los propios niños quienes hayan grabado y denunciado los casos, algo que nos parece reseñable y que indica la necesidad de formar a los menores en seguridad vial”.
