''Hemos trasladado con contundencia al Ayuntamiento de Madrid que la imposición de estas normas podría provocar manifestaciones espontáneas de diversos colectivos de afectados, como así ha ocurrido en la mañana del 26 de noviembre'', Aetram
‘’Aetram viene negociando, durante todo el año, con el Ayuntamiento de Madrid, tanto directamente, como a través del Comité Madrileño de Transportes, que preside, el conjunto de disposiciones y normas que pretenden regular los accesos, tanto a la zona denominada Madrid Central, como al llamado cierre de la Gran Vía, y también el contenido de la Ordenanza de Movilidad. Hemos manifestado públicamente que el Ayuntamiento nos ha oído, pero no nos ha escuchado.
Por un lado, conseguimos que el Ayuntamiento autorizara el acceso a las zonas referidas a los autocares que prestan servicio público de transporte discrecional de viajeros (Madrid Central). Por otro, no por el Departamento de Movilidad del Ayuntamiento, sino por el de Seguridad, se nos impide, por motivos de seguridad, el acceso a la Gran Vía y zonas adyacentes. Hemos dejado claro al Ayuntamiento que el conjunto de estas normas van a causar un gravísimo perjuicio a las empresas por cuanto que en las zonas afectadas se encuentran hoteles, teatros, zonas de ocio, colegios y empresas que son usuarios de nuestros autocares por distintas obligaciones contractuales.
Asimismo, hemos alertado de los perjuicios que también se causan a los vehículos que transportan mercancías para abastecer las zonas afectadas, así como a las empresas de mudanzas, alquiler de vehículos con y sin conductor, etc. Hemos trasladado con contundencia al Ayuntamiento de Madrid que la imposición de estas normas podría provocar manifestaciones espontáneas de diversos colectivos de afectados, como así ha ocurrido en la mañana del 26 de noviembre.
Aetram, en defensa de las empresas transportistas discrecionales de Madrid ha considerado agotar todas las vías de negociación previas a impulsar una acción colectiva, pero ante la situación de manifestación del descontento colectivo expresado por un conjunto de empresas en la mañana del 26 de noviembre, no podemos dejar de transmitir nuestra solidaridad con los mismas, por cuanto que las distintas normas promulgadas por el Ayuntamiento de Madrid, impiden, perjudican y producen daños económicos irreparables a las empresas.
Protesta comprensible
En Madrid estimamos en 3.000 los autocares discrecionales que cada día realizan un servicio público inestimable para la movilidad de los ciudadanos. Sin embargo, los 2.000 autobuses de la EMT tienen patente de corso para acceder siempre, y en cualquier circunstancia, a las zonas limitadas’’. Aetram comprende y entiende a las empresas que participan en la movilización de protesta y se reserva las acciones jurídicas (recursos), así como su derecho de manifestación colectiva, ante el sentir puesto de manifiesto en la mañana del 26 de noviembre, tanto directamente, como a través del Comité Madrileño de Transporte.
