El predominio de los negocios autónomos del sector Horeca español -alrededor del 80% frente a un 20% de cadenas de restauración- condiciona la labor de los distribuidores, que se encuentran con un canal muy fragmentado y disperso en los puntos de entrega, con líneas de productos muy diferentes y volúmenes de pedido muy pequeños pero con gran exigencia en plazos y en calidad del servicio. La escasa organización de los procesos de pedido, realizados en su mayoría aún de forma manual, conforma una de las principales dificultades para el distribuidor.
Fundetec y el CEL han tratado de encontrar posibles soluciones en el desayuno de trabajo conjunto celebrado anteayer en Madrid. Ambos organismos consideran indispensable la implicación de la Administración Pública en la adopción de determinadas medidas o el impulso de determinadas políticas que favorezcan el buen funcionamiento de este sector.
Para lograr una mejora en la gestión de los pedidos se ha sugerido el desarrollo de una plataforma tecnológica estandarizada, consensuada con el sector TIC y el sector Comercio, que responda a las necesidades de los diferentes agentes del canal Horeca, así como la puesta a su disposición de una formación unificada para aprender a utilizarla.
Según se ha apuntado, entre las utilidades que debería incluir esta plataforma o software de gestión deberían incluirse una serie de herramientas clave que permitieran, por ejemplo, la realización de pedidos vía web, la automatización del proceso de grabación de albaranes, entre otros aspectos. En este sentido, Fundetec y CEL se han comprometido a tomar la iniciativa y poner en marcha un proyecto de desarrollo de una plataforma tecnológica que responda a estas características y presentarlo a la Administración Pública el año próximo.
Mejorar la logística urbana
Desde el punto de vista de la logística urbana, se han planteado dos posibles soluciones para limitar la entrada de vehículos de distribución en las grandes ciudades, con los problemas de tráfico y de emisión de CO2 que esto supone. Una, la creación de una plataforma fuera de la ciudad donde acudieran a abastecerse los pequeños restauradores. La otra consistiría en la segregación de áreas de transporte y la organización de las rutas de reparto, algo que se ha acometido con éxito en algunos países europeos como Francia. La Administración Pública establecería así por normativa qué operadores logísticos podrían operar en cada zona, por lo que los fabricantes sólo podrían recurrir a ellos para obtener sus productos. A pesar de su éxito en Europa, los asistentes al encuentro han reconocido que este proceso encerraría en España serias dificultades.
