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Vehículo autónomo de Nissan.
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Vehículo autónomo de Nissan.

Nissan continúa con las primeras fases de la conducción autónoma

Gracias al sistema ProPilot, que refuerza el control del conductor sobre el vehículo asistiéndole en las tareas de guiado

miércoles 25 de septiembre de 2019, 07:00h
Son muchos los fabricantes de vehículos que están dedicando gran parte de su inversión al desarrollo de la conducción autónoma, pero muy pocos los que a día de hoy empiezan a democratizarla y popularizarla. Es el caso de Nissan, gracias al sistema ProPilot, que refuerza el control del conductor sobre el vehículo asistiéndole en las tareas de guiado de dirección, aceleración y frenado, por lo que rebaja el estrés en la conducción a la vez que aumenta la seguridad de los pasajeros.

La conducción autónoma es un elemento cada vez más demandado por el gran público

Diseñado para circular por carril único en autopista, este modelo se ha optimizado para funcionar en condiciones de tráfico denso o a altas velocidades, ya que cuenta con la ayuda de un radar y diversas cámaras, que ajustan la velocidad respecto al tráfico precedente y mantienen el coche en el centro del carril. Sin duda, la conducción autónoma es un elemento cada vez más demandado por el gran público tal y como lo confirma el hecho de que el 80% de los usuarios que han comprado el vehículo eléctrico Nissan Leaf lo han hecho con el sistema ProPilot.

ProPilot 2.0, presentado en Japón

El Nissan ProPilot 2.0 es una evolución del sistema ProPilot, que ya equipan más de 350.000 vehículos. El ProPilot 2.0 de Nissan es capaz de conectarse al sistema de navegación del vehículo, para ayudar al automóvil que lo equipe a llevar a cabo ciertas maniobras y seguir una ruta predeterminada. Además, la tecnología evolucionada permitirá circular por un carril sin que el conductor tenga que manejar el volante.

Cabe destacar que cuando el vehículo se aproxima a una bifurcación o a otro vehículo, aminora la velocidad y analiza la situación para adelantar o tomar el ramal correspondiente. Esto es posible gracias a los sensores de 360º. El vehículo utiliza una combinación de cámaras, radares, sónares, GPS y datos procedentes de mapas 3D, para obtener información en tiempo real y localizar de forma exacta el vehículo sobre la carretera.