Un total de 11 ciudades europeas se han dirigido la semana pasada por carta oficial al vicepresidente de la Comisión Europea, Franz Timmermans, con la petición de que dicho organismo “incluya un objetivo de ventas para los autobuses urbanos de emisiones cero en la próxima propuesta sobre las normas de CO2 para los nuevos vehículos pesados”.