“Cuando una mañana de agosto, la presidenta de la Comisión Europea me pidió que asumiera la función de supervisar el Pacto Verde Europeo, sabía la enorme responsabilidad que ello supondría. También era plenamente consciente de la enorme oportunidad que suponía, ya que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad son retos que marcan una época.