La temporada estival obliga a las empresas a reforzar las infraestructuras
Según Randstad, este verano se generarán más de 698.000 contrataciones en sectores clave, con la logística representando el 43 % del total, lo que la consolida como el motor del empleo estacional. El aumento de la actividad logística no solo responde al auge del e-commerce, sino también a los nuevos desafíos que impone el clima veraniego, especialmente en productos sensibles como alimentos o cosméticos.
Las altas temperaturas, la rotación de personal por vacaciones y la demanda de entregas ultrarrápidas obligan a las empresas a reforzar su infraestructura. Entre las soluciones más adoptadas están los almacenes con control de temperatura, los modelos de entrega flexibles y la automatización mediante IoT y análisis de datos en tiempo real. Todo ello enfocado a garantizar la calidad del servicio y reducir las devoluciones.
Nuevo paradigma
El auge del comercio móvil y social también marca un nuevo paradigma: las compras desde smartphones y plataformas como Instagram o TikTok exigen una logística rápida, integrada y transparente. Al mismo tiempo, crecen las expectativas de personalización, sostenibilidad y consumo local, lo que obliga a las marcas a adaptar no solo su mensaje, sino toda su cadena de suministro.
En palabras de Noelia Lázaro, directora de marketing de Packlink, “el verano ya no es una temporada baja para el comercio electrónico, sino una oportunidad estratégica que exige agilidad e innovación”. Las empresas que sepan anticiparse y responder con inteligencia a esta nueva realidad lograrán convertir los retos del calor en ventajas competitivas.