El pasado domingo, arededor de unos 900 profesionales de los servicios de emergencias particparon en el simulacro de un accidente y un secuestro con rehenes en un autobús en la base militar de Cuatro Vientos, en Madrid.
Para poder resolver estas situaciones de crisis, en la que tenían como agravante la explosión de una fábrica de productos químicos, este simulacro contó con efectivos sanitarios de diez comunidades autónomas, bomberos, Policía Nacional, Policía Local, Guardia Civil y la Unidad Militar de Emergencias (UME). Estos últimos, que aportaron al simulacro un helicóptero del servicio de rescate, equipos caninos destinados a la detección de personas heridas, una unidad de intervención contra incendios, una unidad NBQ y una ambulancia; era la primera vez que participaban en las Jornadas de Catástrofes que cumplían su decimoséptimo año.