El problema, que hasta ahora estaba localizado únicamente en Calais, se ha extendido, tras el desmantelamiento de este campamento, a otras zonas cercanas a la frontera
El número de asaltos se ha incrementado notablemente en los últimos tiempos, a pesar de las medidas de seguridad que estas empresas se han visto obligadas a montar en sus vehículos: sensores de apertura de puertas, sensores volumétricos que detectan la presencia humana en el interior de las cajas de los camiones, cerraduras especiales, etc.
Además, este problema que hasta ahora estaba localizado únicamente en Calais, se ha extendido, tras el desmantelamiento de este campamento, a otras zonas cercanas a la frontera, aprovechando que no existen aéreas de descanso seguras o aparcamientos que garanticen la seguridad del vehículo y de su mercancía. La situación es una crisis humanitaria sin precedentes recientes para la Unión Europea (UE) que es imprescindible solucionar y de la que, desgraciadamente, el sector del Transporte de mercancías por carretera es testigo y sufridor directo.
Las empresas de transporte españolas están empezando a tener problemas para encontrar conductores que quieran ir al Reino Unido como consecuencia de la violencia con la que se emplean algunos polizones, que llegan incluso a colocar barricadas para obligar a los camiones a detenerse o se cruzan delante de los mismos para que frenen mientras otros tratan de abordarles.