En la actividad del transporte por carretera, la edad constituye un factor determinante en la pérdida o disminución de determinadas capacidades motoras, sensoriales y cognitivas
Sin embargo, tal reivindicación histórica no ha sido hasta la fecha atendida, existiendo exclusivamente el Plan de ayudas que anualmente aprueba el Ministerio de Fomento para la retirada incentivada de la actividad, que por su limitado presupuesto sólo permite acogerse a los transportistas autónomos de más de 64 años. En la actividad del transporte por carretera, la edad constituye un factor determinante en la pérdida o disminución de determinadas capacidades motoras, sensoriales y cognitivas necesarias para una conducción segura, teniendo en cuenta que la seguridad vial es una de las prioridades de la política de transportes de la Unión Europea.
En este sentido, la asociación de transportistas navarros Tradisna, federada en Fenadismer, ha llevado a cabo un Estudio Epidemiológico entre sus asociados mayores de 50 años para conocer de forma exhaustiva el estado de salud de los transportistas activos de mayor edad que circulan por las carreteras españolas, teniendo en cuenta que la tasa de accidentalidad en el sector del transporte por carretera se da principalmente en los conductores de dicha franja de edad.
En el referido Estudio Epidemiológico, se llevaron a cabo a diferentes pruebas de exploración físicas, audiométricas y analíticas, presentando un porcentaje de alteraciones superior al 50%. Así cabe destacar las alteraciones relativas a los trastornos muscoesqueléticos (67,50%), colesterol y triglicéridos (52,10%), enzimas hepáticas (34,88%), obesidad y sobrepeso (21,11%), tensión arterial (10%) y glucosa (5,5%). Asimismo, en lo relativo a la calidad del sueño, la mayor parte de los casos presentan insomnio de mantenimiento, es decir, despertares frecuentes nocturnos, lo que conlleva un menor rendimiento y mayor cansancio.
Por ello, el Estudio pone de relieve que los factores inherentes a la actividad como conductor profesional tienen un impacto mayor si cabe entre los trabajadores de más edad, debido al deterioro de las capacidades sensoriales, motrices y cognitivas propias del envejecimiento, que pueden agravar, sin duda, las consecuencias sobre los riesgos asociados a esta profesión. Por ello, concluye en que aspectos tales como la agudeza visual y auditiva, la visión diurna y nocturna, la flexibilidad y destreza física y mental, contribuyen según la documentación analizada, a una mayor mortalidad entre los trabajadores de más edad, lo que justificaría aplicar coeficientes de reducción en la edad de jubilación de los trabajadores de este sector.