Teniendo en cuenta la tasa de desempleo relativamente baja y la disponibilidad de mano de obra actualmente decreciente en Europa, el suministro de mano de obra se ha convertido en un factor decisivo y fundamental a la hora de elegir emplazamientos. Así, la escasez de mano de obra cualificada se ha convertido en uno de los principales problemas y retos del sector logístico e industrial. No obstante, los profesionales también destacan el auge de tendencias como las demandas cambiantes de espacio o el propio comercio electrónico, las ventas del cual se prevé que experimenten en Europa un crecimiento anual de dos dígitos hasta 2021.
La tasa de desempleo en Europa se encuentra en estos momentos por debajo del mínimo de antes de la época de la crisis. En países como Alemania y el Reino Unido existe virtualmente pleno empleo, con unas tasas de desempleo de sólo el 4%; mientras que en otros como España o Italia éstas son más elevadas, aunque en proceso de decrecimiento. En Italia disminuyó en 2018 hasta ser inferior al 10%, mientras que en España descendió más pronunciadamente hasta llegar al 14,6%, desde un pico del 26,3% en 2013.
Tal como concluye el reciente estudio, aproximadamente una cuarta parte de los costes de las empresas del sector logístico tienen su origen en los gastos de personal. Por lo tanto, la escasez de mano de obra cualificada puede comportar consecuencias negativas tanto en la eficacia como en la rentabilidad del sector.
Diferentes son los ejemplos en los que los profesionales perciben escasez de mano de obra cualificada, desde la falta de conductores de camiones y trabajadores de almacén a problemas para ocupar cargos de responsabilidad en la administración de cadenas de suministros. En este sentido, la Asociación de Transportes del Reino Unido (FTA) reconoce que sufrió un déficit de 55.000 conductores de camión en 2017; mientras que en Alemania se prevé que el sector pierda hasta 250.000 conductores de camión –alrededor del 40%– durante los próximos 10 ó 15 años, debido a su jubilación, lo que provocará un déficit de 150.000 conductores.
Puede comportar consecuencias negativas tanto en la eficacia como en la rentabilidad del sector