Así lo explicó, ayer por la mañana, su director comercial para España y Portugal, Antonio Crespo, en un encuentro con la prensa celebrado en Madrid.
Comenzó repasando las grandes cifras de la compañía, que emplea a nivel mundial a 125.000 personas (de las que 7.500 trabajan en nuestro país) y facturó, en 2021, casi 23.800 millones de euros. De esta cantidad, el mercado nacional aportó 2.678 millones.
“La implantación de Michelin en España es la más importante del continente”, continuó el director, asumiendo buena parte del suministro a otros países europeos desde “nuestras cuatro plantas, en Lasarte, Vitoria, Valladolid y Aranda de Duero”, a las que se suman el centro de distribución de Illescas (Toledo) y el de Investigación situado en Almería.
‘Si existe una palabra que nos define, es innovación’
Crespo recalcó que “si existe una palabra que nos define, esa es ‘innovación’. Más de 6.000 personas trabajan en el grupo solo para este concepto, al que destinamos en 2021 la cantidad de 682 millones”, añadiendo como ejemplo en este sentido la aparición del neumático radial a mediados del siglo pasado, o “de nuestro primer neumático verde, que vio la luz en 1992, lo que demuestra que esta preocupación ambiental y por el impacto que tienen nuestros productos en el entorno la tenemos en cuenta desde hace muchos años”.
Propuesta nacional
Hace pocos meses, Crespo nos desglosaba toda la
actividad en el mercado ibérico y sus planes para 2023
Así, el reto de Michelin es que “en 2050, todos nuestros productos sean fabricados con materiales 100% sostenibles (con el paso intermedio del 40% en 2030) y que el grupo sea neutro en emisiones de carbono”, algo que reconoció como una tarea “de gran dificultad, pero con la que estamos totalmente comprometidos”.
El neumático, alrededor del neumático y más allá. Estas tres cuestiones también centran el día a día de la compañía. Crespo entiende que “vendemos neumáticos de diferentes marcas, pero también nos importa todo lo que hay a su alrededor, desde la distribución a los servicios para flotas, pasando por la conectividad, la gestión o la movilidad inteligente”. Y a esto se añade “que vamos un paso más allá, iniciando acciones en el ámbito sanitarios (fabricando cojines para enfermos hospitalarios), la fabricación de velas para reducir el consumo del transporte marítimo, con nuestras Guías gastronómicas, la impresión en 3D, el desarrollo de soluciones de hidrógeno…”. Tanto es así que las dos partes que no tienen que ver directamente con el neumático “supondrán el 30% de nuestra cifra de negocio en 2030”.
Tres objetivos
Por su parte, Laura Crespo, directora de Comunicación de la marca, expuso su estrategia para el año que comienza, marcada por tres cuestiones fundamentales. Por un lado, la sostenibilidad y “el impacto de nuestros productos en el medio ambiente, que terminarán siendo una parte de la decisión de compra”. En segundo lugar, la electrificación, una tendencia global “que requiere de productos específicos con una mayor tecnología, que desarrollamos de la mano de los principales fabricantes”.
Y, en tercer lugar, la confianza. La directora explicó que “los neumáticos suelen cambiarse solo cuando se estropean, y no son baratos, por lo que la experiencia de compra no es la ideal. Pero Michelin propone una oferta de valor global, y haremos mucha incidencia en este aspecto, en la confianza en el producto, en su seguridad y sostenibilidad, y no tanto en las características técnicas”, concluyó.
