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Óscar Martínez analiza la creciente aplicación de nuevas tecnologías en el transporte urbano

Es profesor titular de Transportes en la Universidad Politécnica de Madrid y socio director de Tool Alfa

lunes 20 de junio de 2011, 01:00h

El transporte urbano esta incorporando una amplia variedad de tecnologías en todos los aspectos del servicio: desde la información al usuario hasta la gestión de la explotación, pasando por la tarificación. Incluso, en algunos casos, estas tecnologías han permitido nuevas modalidades de prestación, como el transporte a la demanda.

Oscar Martínez analiza la creciente aplicación de las nuevas tecnologías en el ámbito del transporte urbano:
"La información más demandada por los usuarios, sobre todo los no habituales, es la de los itinerarios de transporte público para desplazamientos entre un origen y un destino. La tradicional solución de los planos en papel está siendo complementada por herramientas desconocidas hace unos pocos, no ya años, sino casi solamente meses. En particular, el servicio Google Transit se está extendiendo tanto a grandes zonas metropolitanas como a ciudades medias. De esta forma se puede encontrar el itinerario en transporte público de menor tiempo de recorrido y compararlo con los recorridos a pie y en vehículo privado. Existen versiones adaptadas para su visualización desde teléfonos y dispositivos móviles. Existen también otras herramientas sobre otras plataformas pero están menos extendidas. En cualquier caso se trata de una alternativa más barata y universal que las aplicaciones específicas propias de las páginas web de cada operador.

Otra de las desventajas tradicionales del autobús es el cierto nivel de incertidumbre sobre la hora exacta de prestación real del servicio. Desde los impactos de la congestión provocada por el vehículo privado, hasta la incidencia en el tiempo de operación que tiene el volumen de la demanda, los tiempos exactos de parada no son fácilmente calculables. Esto puede implicar para los usuarios unos tiempos de espera innecesariamente largos en parada y un cierto nivel de ansiedad asociado a la incertidumbre. Para ello existen en la actualidad varias alternativas:
- En aquellas paradas con un volumen elevado de usuarios se pueden instalar paneles de mensajes variables que muestren la información obtenida del SAE (Sistema de Ayuda a la Explotación). Las opciones más sencillas son mediante paneles con LEDs y conexión a la central de información mediante GPRS, aunque se llega a poder proporcionar información de forma acústica para personas con dificultades en la vista.
- Para los usuarios en general resultan muy útiles los cada vez más frecuentes servicios de información mediante mensajes cortos (SMS).

Por otro lado, la integración del billetaje con las tecnologías de la información y comunicaciones han dado lugar a un nuevo término: billética. Aunque hasta ahora han existido numerosas aplicaciones, la explosión actual de las tarjetas inteligentes (“smart cards”) está permitiendo que el acceso a los vehículos se haga prácticamente sin tiempo de proceso para la cancelación. Además, si estas tarjetas se adoptan como sistema de pago de diversos servicios, se reparten los costes de implantación y se facilita su uso.

Un ejemplo que podría estar abriendo una nueva vía de avance es la realización de las primeras pruebas piloto con pago por el teléfono móvil en la EMT de Málaga mediante la denominada tecnología NFC (Near Field Communications) que permite el diálogo entre un teléfono móvil y una canceladora hasta una distancia máxima de 20 centímetros. La expansión de este protocolo en los nuevos teléfonos móviles podría suponer la extensión de nuevas aplicaciones de micropago, lo que despejaría el campo para su mayor utilización en el transporte público.

Una vez dentro del vehículo, los aspectos clave de la calidad del viaje propiamente dicho vienen asociados al tiempo de desplazamiento y al confort del tiempo empleado. Para conseguir la máxima velocidad comercial y fiabilidad en los tiempos de viaje, se están extendiendo las medidas de reserva parcial o total de viario, con o sin separación física del resto de la circulación. Así, las opciones van desde el simple carril bus señalizado con una línea pintada en el pavimento, hasta una plataforma reservada sin interferencias con el resto del tráfico.

Además, una adecuada gestión puede permitir una mejor adaptación de los servicios a las inevitables incidencias. Los Sistemas de Ayuda a la Explotación (SAE) han ido evolucionando desde los complejos desarrollos específicos para grandes flotas de hace unas décadas hasta herramientas más abiertas y sencillas, suficientemente baratas y escalables como para su utilización en redes más reducidas. También se pueden señalar otras innovaciones que mejoran el confort a bordo, como la información dinámica a los usuarios en el vehículo (mediante paneles LED o megafonía). Y pueden mencionarse hasta algunos desarrollos de elevada sofisticación, como las recientes instalaciones de sistemas wifi en varias redes de autobuses urbanos, como la EMT de Madrid.

Con todo ello, puede apreciarse que la sofisticación de los sistemas de transporte va siendo cada vez mayor. No existe un único estándar de servicio o un único coste para una determinada tecnología. Las prestaciones y los costes dependen del diseño del conjunto. No puede decirse que una determinada tecnología sea mejor o peor que otra: depende del problema concreto. Cada problema tiene una solución y raramente hay dos problemas idénticos", concluye Martínez.