Este crecimiento se traduce en que el coste operativo de las devoluciones sea cada vez mayor para las empresas, llegando a suponer el 66% del valor del producto. No obstante, uno de cada tres todavía aplica un precio por debajo de su coste real, asumiendo una parte del gasto. La mayoría de los cambios y devoluciones - un 82% - están motivados por problemas con la talla.
Aunque más excepcionalmente –en el 1% los casos- también figura la práctica conocida como “bracketing”, que consiste en adquirir un tipo de prenda en varias tallas o colores para poder valorarlo en el domicilio y, posteriormente, devolver la mayor parte del pedido realizado.
Se traslada el probador de la tienda al domicilio y, a su vez, el 70% los compradores eligen que sea este el lugar de recogida de sus cambios y devoluciones, frente a la posibilidad de escoger un punto de entrega. “Los cambios y devoluciones son un agujero en la rentabilidad de los comercios.