Los fabricantes de camiones tendrán que reducir las emisiones medias de sus camiones nuevos en un 45% en 2030, un 65% en 2035 y un 90% en 2040; los de remolques, en un 10% en 2030, mientras que el objetivo de reducción de CO2 para los autobuses se fija en el 90% en 2030, alcanzando el 100% en 2035.