El enfoque proactivo de las ciudades es complementado por iniciativas a nivel nacional. Países como los Países Bajos y Dinamarca han establecido objetivos para que todos los autobuses urbanos sean de cero emisiones para 2030, demostrando un fuerte compromiso con la reducción de emisiones a gran escala. Estas estrategias reflejan una creciente tendencia hacia la electrificación total en el transporte urbano, respaldada tanto por gobiernos locales como nacionales.
Sin embargo, la transición no es uniforme en toda Europa. Mientras los autobuses eléctricos de batería (BEB) dominan el mercado en muchos países, otros como Suecia y el Reino Unido aún dependen en parte de autobuses híbridos, que representan un enfoque gradual hacia la electrificación completa. Francia y Alemania, por su parte, siguen manteniendo una mezcla de tecnologías, incluyendo autobuses diésel, lo que indica que, aunque el cambio está en marcha, la transición hacia flotas completamente eléctricas aún enfrenta desafíos y requiere un enfoque diversificado.