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La movilidad eléctrica, una oportunidad que España no puede dejar pasar

Martes 27 de mayo de 2025

El transporte está cambiando. Ya no es solo una cuestión de coches, sino de salud, de justicia social, de futuro. Y esa transformación ya ha comenzado. En Madrid, durante una jornada intensa y plural, voces de todos los rincones del ecosistema de la movilidad sostenible se reunieron con una idea clara: España tiene entre manos una oportunidad única con la movilidad eléctrica, y no puede dejarla escapar. El encuentro, titulado “El Estado de la Movilidad Eléctrica en España” y organizado por T&E, Alinnea y ECODES, se convirtió en una especie de mapa emocional y estratégico para construir un país más conectado, más limpio y más justo. Empresas, instituciones, investigadores, sindicatos, medios y sociedad civil coincidieron en algo poco habitual: hay mucho por hacer, pero también mucho que ganar.



Organizaciones, expertos e instituciones se dan cita en Madrid para trazar una hoja de ruta común hacia una movilidad más limpia, justa y competitiva.

El transporte está cambiando. Ya no es solo una cuestión de coches, sino de salud, de justicia social, de futuro. Y esa transformación ya ha comenzado. En Madrid, durante una jornada intensa y plural, voces de todos los rincones del ecosistema de la movilidad sostenible se reunieron con una idea clara: España tiene entre manos una oportunidad única con la movilidad eléctrica, y no puede dejarla escapar.

El encuentro, titulado “El Estado de la Movilidad Eléctrica en España” y organizado por T&E, Alinnea y ECODES, se convirtió en una especie de mapa emocional y estratégico para construir un país más conectado, más limpio y más justo. Empresas, instituciones, investigadores, sindicatos, medios y sociedad civil coincidieron en algo poco habitual: hay mucho por hacer, pero también mucho que ganar.

Innovar, pero con alma

Desde el inicio, las organizadoras lanzaron un mensaje potente: el cambio será sostenible si se hace con la gente, no para la gente. Ana Belén Sánchez, directora de Alinnea, lo resumió con una frase que caló: “La innovación es clave, pero debe resolver problemas reales y sumar personas al cambio”.

Isabell Büschel, desde T&E, fue aún más directa: “La movilidad eléctrica puede ser motor de empleo, salud y futuro. Pero necesitamos una estrategia país valiente, centrada en las personas”.

Y Cristian Quílez, de ECODES, cerró la bienvenida apelando a la unión: “Esto no va solo de tecnología, sino de alianzas. De sumar desde las empresas, los gobiernos, las ONG y los medios. De hacerlo juntos, o no será”.

Tres paneles, una misma convicción: el cambio es urgente y posible

La jornada se dividió en tres mesas temáticas, pero todas compartían el mismo fondo: no se trata solo de enchufes y kilovatios, sino de garantizar que nadie quede atrás en esta transición.

En el panel sobre innovación y competitividad, se habló de baterías, de eficiencia y de cómo convertir a España en una referencia industrial. Pero también se subrayó la necesidad de invertir bien, de agilizar trámites y de pensar en toda la cadena de valor, desde quien diseña un vehículo hasta quien lo conduce.

La segunda mesa, dedicada a la aceptabilidad social, bajó al terreno. A las vidas reales. ¿Cómo hacemos que este cambio llegue también a quien vive en un pueblo? ¿A quien no puede comprarse un coche nuevo? Ahí surgieron ideas como el leasing social o el refuerzo del transporte público, recordando que la electrificación debe ir de la mano de la equidad.

En el tercer panel, se pusieron sobre la mesa ejemplos europeos que inspiran: Portugal, Reino Unido, Alemania... países que han apostado por políticas claras, interoperables y acompañadas de incentivos reales. La lección fue clara: cuando se hacen bien las cosas, funcionan.

Cerrando filas por un futuro más limpio y más justo

La última parte de la jornada fue un ejercicio de realismo y de esperanza. Instituciones como el IDAE, el Ministerio de Industria o AEDIVE hablaron de lo logrado y de lo pendiente. Desde los puntos de recarga hasta la señalización, desde las ayudas hasta la planificación territorial. Todo suma. Pero todo requiere coordinación y compromiso.

Y el broche final lo puso Víctor Ausín, del Ministerio de Economía, recordando que la electromovilidad no es un capricho verde, sino una palanca de productividad, inversión y modernización para el país.

En resumen, el evento no fue solo una jornada de debate. Fue una declaración colectiva: la movilidad eléctrica es mucho más que una tecnología. Es una promesa. Una oportunidad para respirar mejor, para movernos con dignidad, para construir un país que cuide y se cuide.

Y esa promesa, como dejaron claro todas las voces, solo será posible si la cumplimos entre todos.

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