NEXOTRANS

¿Cómo afecta el calor al sistema de frenos? Del ‘fading’ al ‘vapour lock’

La iniciativa ‘Elige calidad, elige confianza’ alerta sobre los riesgos del verano para el sistema de frenado y aconseja una revisión preventiva

Lunes 30 de junio de 2025

Con la llegada del verano, las altas temperaturas se convierten en una amenaza silenciosa para la seguridad vial. Desde la iniciativa ‘Elige calidad, elige confianza’ (ECEC) —impulsada por una veintena de fabricantes de componentes de automoción— se lanza una advertencia clara: el calor puede comprometer seriamente el sistema de frenos de nuestro vehículo.

Cuando los termómetros superan los 30 ºC, la capacidad de refrigeración de discos, pastillas y líquido de frenos se ve reducida, lo que incrementa el riesgo de sobrecalentamiento. “La evacuación del calor en verano es más difícil, y eso puede provocar la deformación de los discos o incluso la ebullición del líquido de frenos”, explican desde ECEC.

Fading y vapour lock: enemigos silenciosos del frenado

El exceso de temperatura por el roce continuo de las pastillas con los discos puede derivar en el temido efecto fading: pérdida de eficacia de frenado, sensación de pedal “esponjoso” y menor control del vehículo. Pero hay más. Si el líquido de frenos, que absorbe humedad por naturaleza, alcanza su punto de ebullición, se forma vapor dentro del circuito. Este fenómeno, conocido como vapour lock, puede dejar al coche sin capacidad de frenada en pleno viaje.

Además de estos dos riesgos principales, el calor extremo también puede dañar sensores ABS, retenes y otros elementos próximos al sistema de frenado, generando un deterioro silencioso que compromete la seguridad.

Mantenimiento y conducción: claves para proteger los frenos

Desde ECEC se recomienda adoptar una estrategia de mantenimiento preventivo, que incluya revisar discos y pastillas, renovar el líquido de frenos antes del verano y apostar por componentes de calidad capaces de disipar mejor el calor.

En la conducción, lo más recomendable es anticiparse a las frenadas y evitar los frenazos bruscos. También es importante estar atento a señales de alerta como ruidos, vibraciones, endurecimiento o hundimiento del pedal.

Por su parte, los fabricantes de componentes están invirtiendo en I+D+i para mejorar el rendimiento térmico de los sistemas de frenado. El desarrollo de materiales que superen el rendimiento del amianto (prohibido desde 1999) y nuevas composiciones que optimicen la frenada, el confort y el desgaste forman parte de las líneas de innovación en marcha.

Con temperaturas al alza y carreteras más transitadas, cuidar el sistema de frenos se vuelve más esencial que nunca. La seguridad, recuerdan desde ECEC, empieza por no subestimar el poder del calor sobre el vehículo.

TEMAS RELACIONADOS:


Noticias relacionadas