El transporte por carretera sigue siendo el gran contribuyente en materia de fiscalidad sobre hidrocarburos en España. Según el informe “Balance económico, fiscal, social y medioambiental del sector transporte en España” elaborado por la Fundación Corell, en 2021 este modo aportó 4.239 millones de euros en impuestos vinculados al consumo de carburantes, una cifra muy superior a la del resto de modos de transporte.
Replantear la política fiscal del transporte
Por el contrario, el transporte ferroviario, marítimo y aéreo están exentos de este impuesto en la mayoría de sus operaciones, lo que genera un desequilibrio fiscal evidente.
El sector del transporte por carretera no solo soporta el grueso de los impuestos por hidrocarburos, sino también otros tributos como el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) o las tasas de la ITV, que suman miles de millones de euros adicionales cada año.
Mientras tanto, otros modos de transporte, pese a beneficiarse de subvenciones y ayudas públicas, contribuyen de forma mucho menor a la recaudación fiscal asociada al uso de combustibles.
Desde la Fundación Corell se plantea la necesidad de replantear la política fiscal del transporte, con el objetivo de asegurar un reparto más justo de la carga tributaria entre los distintos modos, especialmente en un contexto en el que la transición energética y la reducción de emisiones requieren inversiones importantes.