Dicho dispositivo, instalado en los pasos de cebra, es capaz de reducir las situaciones de riesgo para los usuarios en un 88%, ya que detecta a los transeúntes que se disponen a cruzar gracias a unos sensores fotoeléctricos situados en los extremos del paso. Estos sensores envían la señal a un panel que se ilumina para alertar a los conductores de la presencia de viandantes. El proyecto, denominado Mejora de la Percepción de los Peatones en los Pasos de Cebra (MEPP), se ha fijado tres objetivos fundamentales: establecer una comunicación real entre conductor y peatón en un punto de conflicto para ambos, concienciar a los peatones para que utilicen los pasos de cebra y eviten cruzar la calzada por otros puntos más peligrosos, y, por último, mejorar el comportamiento de los conductores.