De aprobarse esta medida, las autoridades deberían empezar a renovar su flota de manera inmediata pues la medida, que sería opcional durante los primeros años, pasaría a ser obligatoria a partir de 2012. Además, afectaría a todos los vehículos, incluidos los de gran tonelaje, y tanto a los de transporte público como a los que realizan servicios para la administración.
La propuesta de directiva de reducción de emisiones de CO2 recientemente aprobada se basa en una iniciativa de 2005 para la promoción de los vehículos limpios, aunque ahora la exigencia no es sólo reducir la contaminación ambiental, sino también disminuir las emisiones de dióxido de carbono y el uso de petróleo, además de mejorar la eficiencia energética de los vehículos.
Jacques Barrot, comisario europeo de Transporte, afirmó en un comunicado que "el creciente esfuerzo de las autoridades públicas para hacer más limpios y eficientes sus vehículos necesita respaldo a nivel europeo". Barrot también señaló que "convendría garantizar a los fabricantes europeos que van a contar todos con las mismas reglas en el mercado comunitario".