La propuesta para recortar las emisiones de CO2 de los coches en 2012, presentada por la Comisión Europea, supone una carga económica desproporcionada para los fabricantes alemanes de automóviles frente a sus competidores europeos, según el consorcio automovilístico Volkswagen.
La multinacional con sede en Wolfsburg ha instado a la Comisión Europea a que considere la variedad de los deseos de los consumidores del continente a la hora de poner en marcha una nueva normativa. Por ello, el grupo aboga por implementar un sistema "realista", con un marco de tiempo razonable y que no suponga un sobreesfuerzo económico a las marcas alemanas frente a sus rivales. Asimismo, resaltó que los marcas europeas con un gran volumen de ventas y los proveedores de componentes para automóviles se verán afectados por esta eventual normativa, ya que tendrán que afrontar una importante competencia por parte de las marcas de bajo coste de fuera de Europa.
Sanciones severas
Por otro lado, el consorcio presidido por Martin Winterkorn señaló que el sistema de multas que recoge esta propuesta de la Comisión Europea establece sanciones demasiado elevadas, en caso de que se supere el límite de emisiones de CO2, que afectarían a la viabilidad de negocio de las marcas. La propuesta incluye un sistema de sanciones que aumentarán progresivamente entre 2012 y 2015. La multa se calculará multiplicando el número de gramos por kilómetro que un vehículo medio del constructor supera los 130 gramos por el número de coches vendidos por ese fabricante.
Volkswagen, por su parte, propone la contribución de "todos los participantes en el tráfico por carreteras" para lograr una reducción de las emisiones europeas. Por último, la compañía defiende la creación de un marco regulatorio neutro que no se centre en exclusiva en las innovaciones tecnológicas para reducir las emisiones de CO2, sino en todos los aspectos relacionados con el transporte.