La directora general de Etrasa -editorial en contenidos de Seguridad y Educación Vial- Efa Rimoldi, explica que "es importante concienciar a los conductores de que los síntomas de las alergias estacionales pueden derivar en problemas durante la conducción", añadiendo que "los conductores que sufran esta enfermedad deben informarse y seguir los consejos dictados por los expertos para minimizar los síntomas de la enfermedad alérgica y sus consecuencias al volante, tales como no conducir con las ventanillas abiertas, utilizar gafas de sol, mantener limpios los conductos de ventilación e intentar no hacer viajes demasiado largos".
Algunos de estos síntomas pueden afectar gravemente a la capacidad de conducción, ya que inducen a errores en el cálculo de distancias y merman la capacidad de atención del conductor, advierte.
El peligro de los antihistamínicos
El problema se acentúa con el empleo de medicación. "Si además se ingieren antihistamínicos, se puede experimentar una mayor somnolencia al volante", expone Rimoldi. Los antihistamínicos más peligrosos para la conducción son los denominados de primera generación, ya que manejar un vehículo bajo sus efectos supone un riesgo de accidente similar al de conducir con una tasa de alcohol en sangre de 0,5 g/l a 0,8 g/l.
"La mayoría de los antihistamínicos no requieren receta médica, por lo que el colectivo afectado por las alergias estacionales desconoce en muchos casos sus efectos secundarios”, sentencia la directora general de Etrasa. “Es fundamental que los ciudadanos estén informados, se puede consultar al médico o al farmacéutico o extraer información de los manuales de conducción, pero la formación es vital para evitar que los síntomas de las enfermedades alérgicas y la ingesta de medicamentos afecten al rendimiento del conductor", concluye.