El plan tiene como objetivo mejorar la movilidad en este área, introduciendo criterios de eficiencia y sostenibilidad, potenciar el transporte público y reducir la contaminación atmosférica y la siniestralidad. Está centrado en nueve ejes de actuación, y con él se pretende aumentar el peso del transporte público y no motorizado de viajeros hasta alcanzar una proporción de dos tercios sobre el total de la movilidad en la región metropolitana.
También se quiere reducir el consumo energético de la movilidad por habitante en un 7,5%, mitigar en un 20% las emisiones de dióxido de carbono y disminuir en un 25% el número de víctimas mortales en las carreteras barcelonesas en los próximos cinco años.
El plan cuenta con una inversión de cerca de 196 millones de euros hasta el año 2012. Entre las iniciativas comprendidas destaca la creación de una red interurbana de carriles-bici de 150 kilómetros, la construcción de nuevos kilómetros de carreteras y autovías, la ampliación de la red ferroviaria, pasando de los 762 kilómetros actuales a los 1.045, o la mejora de la frecuencia de paso del Metro y el tranvía, en especial en hora punta. La implantación de peajes 'disuasorios', según el consejero Nadal, también ha de servir para favorecer la "movilidad inteligente" y fomentar el uso del transporte público, incentivando y bonificando a los vehículos con una alta ocupación y penalizando a aquellos conductores que circulen solos
Extensión a otras zonas
El uso de los peajes para premiar el buen uso del coche privado se extenderá, con el tiempo, a otras partes de la región metropolitana y de Cataluña, aunque dada su complejidad, se empezará con unas pruebas en los túneles que gestiona Tabasa, una empresa participada por la Generalitat.
Ya está en fase de producción, el sensor que permitirá detectar el número de ocupantes de los vehículos. Para evitar la picaresca, este sensor --aclaran desde el Govern-- no solo detectará volúmenes, sino también fuentes de calor.
Se contempla, entre otros aspectos, el desarrollo de la red de autobuses interurbanos metropolitanos a través de 250 nuevos vehículos colectivos. En especial, de las líneas radial exprés que unirán el centro de Barcelona con los principales núcleos de la región metropolitana sin paradas intermedias. El objetivo es favorecer la intermodalidad entre vehículo privado y público y entre tipos de transporte.