Durante el último cuarto de siglo, el transporte de viajeros por carretera ha sido un reflejo de la realidad política y económica del país.
El Especial 25 años de NEXOBÚS repasa cómo las decisiones institucionales, las reformas legislativas y los vaivenes del ciclo económico han configurado un sector que, pese a las dificultades, ha demostrado una notable capacidad de resistencia, adaptación y servicio público.
De la expansión económica de los años 2000 a la crisis financiera de 2008, de la pandemia de 2020 a la inflación actual, el transporte colectivo ha tenido que reinventarse constantemente, manteniendo su papel como columna vertebral de la movilidad y del desarrollo territorial.“Cada etapa económica y política ha dejado huella en el transporte, pero el sector ha sabido mantenerse en pie, conservando su esencia de servicio público esencial”, destaca el Especial de NEXOBÚS.
De la liberalización a la vertebración: un sector moldeado por las políticas públicas
Los últimos 25 años han estado marcados por cambios de modelo político y regulatorio.A principios de los 2000, el transporte vivía un contexto de expansión y modernización, impulsado por inversiones en infraestructuras y políticas de cohesión territorial.El desarrollo de la red de autovías, la renovación del parque móvil y la consolidación de las concesiones regulares configuraron un mapa de transporte eficiente y equilibrado.
Sin embargo, la crisis económica de 2008 y los ajustes presupuestarios posteriores frenaron parte de ese impulso, afectando tanto a la demanda como a la financiación pública del transporte interurbano.El sector respondió con reestructuraciones empresariales, alianzas estratégicas y una apuesta creciente por la eficiencia operativa.
En paralelo, las reformas normativas europeas y nacionales —desde el Reglamento 1370/2007 hasta la revisión de la LOTT— han redefinido las condiciones de competencia, concesión y servicio público.El equilibrio entre liberalización y servicio garantizado ha sido una constante en el debate político, con el transporte como uno de los pilares del modelo de movilidad nacional.“La estabilidad política y la visión a largo plazo son esenciales para garantizar un transporte vertebrador y sostenible”, se recoge en el Especial.
Crisis, recuperación y transformación del modelo económico
El transporte de viajeros ha atravesado tres grandes crisis en este periodo: la recesión de 2008, la pandemia de 2020 y la crisis inflacionaria de 2022.Cada una impactó de forma distinta, pero todas obligaron al sector a redefinir su estructura, sus prioridades y su relación con la administración pública.
La pandemia de COVID-19 supuso el golpe más duro: una caída sin precedentes en la demanda, restricciones de movilidad y costes operativos disparados.Sin embargo, la rápida reacción de las empresas y la colaboración institucional permitieron la recuperación progresiva de los servicios y la reactivación del turismo nacional e internacional.
El Especial 25 años de NEXOBÚS destaca que la resiliencia del sector ha sido una constante.Tras cada crisis, el transporte de viajeros ha emergido más profesionalizado, más sostenible y más consciente de su papel social.Los fondos europeos Next Generation y las políticas de transición verde han abierto un nuevo horizonte de inversión en digitalización, sostenibilidad y eficiencia energética.
La política de movilidad, un eje estratégico de futuro
En los últimos años, la movilidad ha pasado de ser una política sectorial a convertirse en un eje estratégico del desarrollo nacional.La creación del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) y la futura Ley de Movilidad Sostenible marcan el inicio de una etapa en la que la movilidad se concibe como un derecho social y un motor económico.
El Especial de NEXOBÚS subraya que el futuro del transporte por carretera dependerá de una política pública estable, previsible y coordinada con los objetivos europeos de neutralidad climática y cohesión territorial. Para ello, será necesario reforzar la colaboración público-privada, adaptar los modelos concesionales y garantizar que el transporte siga siendo accesible y competitivo.“El transporte de viajeros es mucho más que una actividad económica: es un elemento de vertebración social y territorial, un generador de empleo y una herramienta de sostenibilidad”, recuerda Eugenio de Quesada, director de NEXOBÚS.
25 años de compromiso y futuro compartido
A lo largo de estos 25 años, el transporte ha demostrado ser un termómetro económico y político del país, capaz de reflejar los cambios de rumbo de la sociedad española.
Hoy, el reto no es solo adaptarse a las nuevas reglas del mercado o a la digitalización, sino mantener el equilibrio entre rentabilidad, servicio público y sostenibilidad.
El camino recorrido muestra un sector maduro, comprometido y consciente de su papel estratégico.Y ahí, NEXOBÚS ha estado —y seguirá estando— como testigo y narrador de esta historia, acompañando al transporte español en cada cambio de ciclo político y económico, con la misma vocación de servicio que hace un cuarto de siglo.