En su intervención, titulada 'Tecnología verde cerca del consumidor. El proceso de reutilización de envases y el ahorro generado', López-Bartolomé explicó cómo este nuevo concepto de recuperación de envases automático ha aumentado en Alemania las cifras de devolución de botellas de cristal y envases de plástico, un proceso que califica como "mucho más eficaz que el sistema de los contenedores ‘amarillos’, situados en la vía pública que tenemos en España".
El sistema de Reverse Vending emplea al máximo las últimas posibilidades tecnológicas: el cliente lleva las botellas al punto de venta donde las adquirió, y las introduce en la máquina de recuperación. Por la lectura del código de barras impreso en cada envase, esta identifica automáticamente el tipo y la marca a la que pertenece, y la clasifica para su devolución al fabricante. La tecnología de Reconocimiento de imagen está desarrollada in house por Wincor Nixdorf.
Los modelos más avanzados son capaces de detectar si una botella aún tiene líquido en su interior, y de identificar un elemento ajeno en una caja llena de botellas del mismo tipo. Al final de la operación, el cliente obtiene un recibo por el importe de la operación, que le es reembolsado en caja. Lo más llamativo de este método, explicó López-Bartolomé, es que "es financiado por los consumidores que deciden no reciclar: la tasa de reciclado está incluida en el precio que se paga por cada bebida, y es lo que el cliente recupera cuando devuelve los envases. El beneficio generado por el 4% que decide no devolverlos es lo que paga la inversión que supone reciclar el restante 96%".
Ventajas sobre el reciclado convencional
A juicio de López-Bartolomé, estos terminales ofrecen tres ventajas frente a la recuperación tradicional: la primera, que en ellos la separación de los envases es más eficaz que en los contenedores ‘amarillos’. La segunda, que están situados en espacios donde la gente va con frecuencia para hacer la compra. Y la tercera, que el uso de máquinas automatizadas contribuye a acelerar el proceso. "Combina de algún modo la conciencia ecológica con la económica, y además, gracias a este proceso el envase cobra un valor en sí mismo. El consumidor deja de percibir que es el contenido lo único que tiene valor".
Para López-Bartolomé, este tipo de sistemas son imprescindibles para alcanzar los niveles de reciclado determinados por la nueva normativa europea aprobada en octubre, según la cual el porcentaje de reciclaje de papel, plástico y vidrio deberá aumentar al 50% en todos los países de la UE. Con la instalación de soluciones que facilitarán el proceso de recuperación y la posibilidad de devolver el dinero, podríamos alcanzar un porcentaje igual al de Alemania”.
