Casi la mitad (48%) de las compañías implantadas en nuestro país recortó su inversión en la compra de vehículos con el fin de reducir costes. "Las empresas españolas han empezado hace tiempo a recortar su presupuesto. La empresa no deja casi al usuario elegir vehículos, tiene un control férreo sobre el gasto", ha destacado Vicent Rupied, director internacional del estudio.
El Observador del Vehículo de Empresa refleja además que las empresas españolas se han apretado el cinturón en mayor medida que sus homólogas europeas (33%) debido a la mayor virulencia de la crisis sobre sus cuentas de resultados. Así, las grandes compañías han tratado de hacer frente a la crisis adoptando medidas de ajuste más severas que las pequeñas y medianas empresas, conscientes de que el gasto en flotas es uno de los capítulos más gravosos, sólo por detrás de los recursos humanos y la informática.
En lo que respecta a la adquisición de vehículos de empresa, el informe pone de manifiesto que las compañías españolas demandan mayor apoyo público para la renovación de sus flotas, ya que más de las tres cuartas partes (77%) considera que iniciativas gubernamentales como el Plan 2000E han tenido un impacto prácticamente nulo en su decisión de compra; una opinión que comparten el 79% de las empresas implantadas en Europa.
El CVO evidencia cómo más de la mitad de las empresas españolas, también europeas, han reaccionado ante la crisis modificando su política de flotas y tratando de buscar nuevas fórmulas que les permitan optimizar sus costes, como el gasto en carburante, que representa el 28% del coste total de la flota. Así, casi la mitad reconoce haber adoptado medidas para rebajar el consumo de combustible (47%), una cuarta parte haber reducido el tamaño de sus flotas e incluso la categoría de sus vehículos (10%).
Incógnitas del ‘eléctrico’
Para Vicent Rupied, tanto las ventajas fiscales como las normativas —cada vez más estrictas— convierten al vehículo 'verde' en un tema de empresa. "España está a la par con Europa en vehículos de bajo consumo", sostiene. Pero a pesar del gran volumen de información entorno al vehículo eléctrico puro, el director del CVO subraya que "sólo se han matriculado unas cinco unidades en España, en lo que va de año, el resto son vehículos en pruebas, impulsados por proyectos de la Administración, etcétera". Rupied ha puesto el acento, a su vez, en la incógnita que suscita el tema de la seguridad en este tipo de vehículos. "No tenemos experiencia. Hasta los bomberos están haciendo preguntas muy concretas sobre, por ejemplo, cómo sacar a la gente en caso de accidente, por dónde pasan los cables, etcétera. Estamos en la prehistoria del vehículo eléctrico".
En definitiva, Vicent Rupied ha señalado que "estamos en una fase de evolución muy lenta, con respecto a la implantación de coches verdes en España. Si se llega al 4% de cuota de mercado en flotas de empresa a finales de 2010 sería todo un éxito".
Respecto al mayor porcentaje de utilización de vehículos impulsados por biocarburantes de España (12%) con respecto al resto de Europa (4%), Rupied ha señalado como posible causa el hecho de que nuestro país no se ha visto afectado por el arduo debate suscitado en Bruselas sobre estos combustibles, un debate que sí ha hecho bajar las expectativas en otros países, provocando incluso un retorno a los aditivos para rebajar las emisiones contaminantes.
