La edición estuvo patrocinada por CEVA Logistics y además contó con la colaboración de las empresas AENOR, Jones Lang LaSalle, Dspartner, Leuter, M.SOFT, Knapp, Alfaland Sistemas, And Soft, Precisión Logística, Alphaplan y SSI Schafer.
Además del tema de la implantación de la tecnologúa RFID, los otros asuntos fundamentales de la jornada fueron los beneficios y amenazas de invertir en China, los costes que genera el flujo tenso y "el ultimátum del tren".
¿Es conveniente la RFID?
El análisis de Jordi Pairo, director general de SCM Logística, respecto a la implantación de la RFID, hizo referencia a los problemas que hoy en día enfrenta dicha tecnología. "Actualmente se están dando pocos casos de éxito en la implantación real. Hasta que el retail no lo obligue, como ocurrió con el Código de Barras, la RFID seguirá así".
A diferencia de Pairo, Juan Pons, director general de Aida Centre, fue optimista con los actuales problemas técnicos: "Desde un punto de vista tecnológico, con los estándares, y legislativo, la RFID esta bien cubierta. Los problemas en la identificación del tag con líquidos y metálicos se solventarán", matizó.
Por su parte, Pedro Puig, director general de Leuter, se mostró muy cauto con la moda de esta tecnología: "Lo primero es tener un problema de negocio y después buscaremos la mejor solución tecnológica, que puede ser la RFID o perfectamente otra diferente. Sólo cuando los fabricantes etiqueten cada una de las unidades con RFID serán cuando comprobemos las verdaderas ventajas".
Roberto Prieto, director de operaciones de Alfaland Sistemas, dio su razón sobre la no implantación masiva de la RFID: "Es una cuestión de negocio, no tecnológica", dijo. "A los fabricantes de productos instalar un tag no les va a dar ningún beneficio, sólo coste. Lo pondrán cuando se lo exijan las administraciones públicas o la gran distribución", le contestó Puig.
