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La Asociación Española de Franquiciadores se opone rotundamente al Proyecto de Ley de Contratos de Distribución

Ha presentado alegaciones ya que, a su juicio, ‘puede poner en jaque el sistema de franquicia en España’

viernes 22 de julio de 2011, 01:00h

La Asociación Española de Franquiciadores (AEF) ha alzado la voz para mostrar su rotundo rechazo al Proyecto de Ley de Contratos de Distribución. El Consejo de Ministros dio luz verde al Proyecto de Ley el 24 de junio, y ahora solo falta que sea aprobado en la Comisión del Congreso para que pase a votación y entre en vigor.

La AEF, totalmente contraria al proyecto, acaba de presentar sus alegaciones ante el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio para evitar la inclusión de la franquicia en esta ley. Como explica Xavier Vallhonrat, presidente de la AEF, "la franquicia es un contrato por el que se cede un sistema de negocio ('saber hacer' probado y con éxito) bajo una marca, a cambio de un pequeño porcentaje de las ventas. No se puede asimilar sin más a un contrato de distribución, sin poner en jaque los equilibrios financieros y el funcionamiento del sistema".

Ante esta situación, el comité de expertos jurídicos de la AEF ha estudiado y analizado el texto del Proyecto de Ley, considerando que "si se aprueba tendrá consecuencias muy negativas para la franquicia, ya que desaparecerá el control sobre el 'saber hacer' objeto del contrato. Por ejemplo, quien desee protegerlo con una cláusula de no competencia poscontractual deberá pagar una indemnización y ningún franquiciador podrá evitar la cesión del contrato de franquicia a un tercero ajeno a la red (incluso competidor) si se compromete por escrito a mantener la organización de medios y recursos que el cedente mantenía", asegura Jordi Ruíz de Villa, presidente de este comité de expertos jurídicos y socio del bufete Jausas.

Asimismo, este abogado de la AEF afirma que "esta futura ley no solicitada ni acorde con la agilidad que precisa el sistema de franquicia no solo desincentivaría futuros proyectos de franquicia, sino que tendría una consecuencia inmediata: los franquiciadores deberán aumentar los royalties para soportar las indemnizaciones y responsabilidades del franquiciador por lo que muchas enseñas dejarán de ser competitivas y deberán cerrar". Por tanto, y como concluye el presidente de la AEF, "la franquicia tiene su propia naturaleza y su propio marco normativo. No necesita una legislación que la trate como un contrato de distribución. No acertamos a ver qué tiene que ver una franquicia de un fast food, de transporte o de reparación de calzado, por poner solo unos ejemplos, con un contrato de distribución por el que un fabricante acuerda con un concesionario la venta de automóviles, electrodomésticos u otros bienes de consumo, porque cada uno tiene sus propias características y es un grave error tratarlos a todos por igual. Los franquiciadores no son fabricantes, sino generadores de innovación y experiencia comercial que ponen al servicio de otros emprendedores. Estamos recibiendo numerosas cartas de franquiciadores españoles y extranjeros que anuncian que dejan en suspenso o en revisión sus planes de inversión y expansión en España hasta que la situación se aclare".

Freno a la franquicia

Las estadísticas oficiales de la AEF revelan que la franquicia estaba permitiendo la incorporación de muchos desempleados al mercado de trabajo como emprendedores bajo el paraguas de una marca y un 'saber hacer', proceso que puede detenerse en seco por culpa del cambio normativo propuesto. En AEF consideran que hasta ahora, la franquicia estaba soportando relativamente bien la crisis con una facturación en España en 2010 de 24.000 millones de euros y 231.000 empleados, cifras similares a las del año pasado.