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El proyecto europeo Nafispack concluye con la formulación de nuevos desafíos sobre envases activos

jueves 20 de octubre de 2011, 01:00h

Los datos sobre alimentos que acaban en la basura en Occidente son preocupantes. Dependiendo de los países, se estima que entre el 15 y el 30% de los alimentos se desechan, a tenor del informe Save Food, promovido por la FAO, procedentes de hogares, distribución, instituciones o empresas hosteleras.

Los envases activos tienen como objetivo optimizar las condiciones de conservación de los alimentos, permitiendo aumentar su vida útil y reduciendo de esta forma las cantidades de alimentos desechados. Un envasado adecuado reduce drásticamente los desechos tanto de comida como de materiales de envasado, con el consiguiente ahorro de energía y materias primas.

El desarrollo de estos envases, sin embargo, está sujeto al cumplimiento de diversos requisitos impuestos tanto por las demandas industriales, comerciales y de mercado para obtener el beneplácito final de los consumidores, como por las legislaciones vigentes, tanto desde el punto de vista de la seguridad alimentaria como ambiental.

Los estudios realizados por los miembros del proyecto Nafispack incluyen pruebas de efectividad de diferentes compuestos antimicrobianos de origen natural; pruebas de incorporación en materiales de envase mediante el uso de distintas tecnologías de procesado, y pruebas de evaluación para asegurar que no se han degradado al incorporarlos al material de sustrato, así como que los antimicrobianos se mantienen efectivos tras el proceso. Asimismo se han llevado a cabo pruebas de aplicación industrial, pruebas de envasado de alimentos y vida útil, así como evaluaciones de la sostenibilidad de los nuevos desarrollos.