Según el consejero delegado de la empresa española, Antonio Fernández Medarde, el biodiésel obtenido a partir de estas microalgas "tiene las mismas aplicaciones que el actual diésel y su producción es ilimitada. Su utilización además no precisa realizar ningún cambio en la actual tecnología de la industria del motor".
Este representante de la empresa reconoce que algunas multinacionales del sector petroquímico ya valoran el cultivo de estos microorganismo como una fuente de energía ecológica, alternativa y útil para la industria del motor.
El Centro de Tecnología de la petroquímica española Repsol es uno de los que trabajan en este campo y ya ha registrado dos microalgas, la 'Nannochloropsis gaditana' y la 'Tetraselmis repsoliensis', también desarrolla estudios para la implementación de estos organismos como fuentes de energía limpia.
Los directivos de Biomar señalan haber identificado también varios de estos microoganismos capaces de absorber las emisiones de CO2 producidos en los procesos de fabricación de algunas industrias. Actualmente otras empresas españolas trabajan en la investigación previa a la introducción de microalgas en el proceso de producción de biocombustibles, como la compañía asturiana Bionorte, del Grupo Isastur, a través del proyecto Algabio.
