Hasta en 30 millones de euros cifra la Federación Española de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer) las pérdidas en ingresos fiscales que se generarían al acudir los transportistas a otras comunidades a repostar. La reunión mantenida entre la Junta de Andalucía y Fenadismer el pasado viernes 27 se centró en el impacto que generaría la aprobación el pasado mes de junio del Decreto ley 1/2012 en el que se incrementa el valor de esta tasa hasta los 4,8 céntimos/litro.
La asociación estima en 2.200 euros el sobrecoste anual medio que esta medida supone por vehículo con un consumo anual promedio de 46.000 litros. Por eso Fendasimer cree vital para el sector que estas pérdidas sean compensadas en cierta medida como ya se hace en otros sectores como el transporte ferroviario o el marítimo. El Sector Transporte aportaría más de un 50% de la recaudación generada por este impuesto. Por ello Fendasimer ha advertido a la junta de los posibles efectos adversos de la medida, ya que la posibilidad de que muchos transportistas repostaran en las comunidades limítrofes conllevaría la pérdida de unos 30 millones de euros en recaudación fiscal, además de las pérdidas generadas a las estaciones de servicio. Varias Comunidades Autónomas han adoptado ya medidas para devolver el importe del impuesto a los transportistas, entre ellas Valencia, Extremadura y, mediante un método distinto, Cataluña.
Entre los asistentes a la reunión se encontraban el presidente de Fendasimer Julio Villaescusa y la directora general de tributos, Rosario Gómez García.
Un mercado sobreexpuesto
La cantidad de empresas afectadas es de 16.669, que suponen el 15,64% de las 106.570 empresas dedicadas al transporte en España. Estas controlan una flota de más de 48.000 vehículos, de los cuales 34.045 están destinados al transporte pesado.
La situación resulta especialmente delicada debido a la estructura del Sector, ya que más de un 85% de las empresas son bien transportistas autónomos, bien microempresas. Este tipo de modelos de negocio están más expuestos tanto a la crisis económica como a las variaciones en el precio de los carburantes. Además, la extensión de los recorridos habituales de los transportistas andaluces agrava más si cabe la situación.
