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Las tarjetas de transporte público de Madrid podrán recargarse en los cajeros automáticos

lunes 18 de marzo de 2013, 01:00h
Tarjeta de transporte público de Madrid.
Tarjeta de transporte público de Madrid.

La Comunidad de Madrid permitirá recargar en cajeros automáticos la tarjeta transporte público, que ya casi ha sustituido a los abonos transporte normal y joven de la zona A y se irá extendiendo paulativamente a todos los títulos de transporte.

Con el objetivo de sacar a concurso el contrato, el Consejo de Gobierno ha conocido un informe que detalla las condiciones que deberá cumplir esta futura red de recarga, ha informado la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid. La nueva tarjeta de transporte comenzó a implantarse hace menos de un año, en mayo, y ya disponen de ella más de medio millón de madrileños, puesto que ya ha sustituido totalmente al abono magnético joven de la zona A y a finales de mayo completará la sustitución del normal para esa misma zona.

Superada con éxito esta primera fase, a partir de este momento continuará extendiéndose paulatinamente a todos los abonos y, posteriormente, al resto de títulos de transporte. La aceptación del nuevo formato viene avalada tanto por las cifras de venta como por la opinión favorable mostrada por los usuarios (un 85% de los encuestados prefiere este sistema al anterior), ha señalado la Consejería.

Existen diferentes vías para solicitar la tarjeta. Quienes ya disponen de abono transporte pueden tramitar su sustitución por internet, en estancos o por correo. Los nuevos usuarios pueden pedirla por internet o en una oficina de gestión, ubicadas en los intercambiadores. Una vez disponible la tarjeta, los usuarios pueden cargarla en las máquinas automáticas de la red de Metro de Madrid habilitadas para ello y en estancos, existiendo más de mil puntos de recarga.

La sustitución paulatina de los títulos de transporte supondrá un aumento de la comodidad y un ahorro económico importante para los usuarios. Pero, además, su puesta en marcha permitirá ahorrar más de 150.000 kilos de papel en los próximos 5 años y un 30% en los costes de operación y mantenimiento de las máquinas canceladoras, al tratarse de una tarjeta sin contacto.