El alcohol al volante es uno de los problemas más graves que afectan a la sociedad española, podemos constatarlo sólo con saber que el 35% de los conductores fallecidos en accidente dieron positivo en el control de alcoholemia. El factor del consumo de alcohol multiplica por 9 las posibilidades de sufrir un accidente.
A pesar de esto, los conductores tienden a intentar evitar los controles de alcoholemia o a intentar burlarlos mediante trucos y mitos. Línea Directa ha realizado una investigación sobre una muestra de 1.260 personas para intentar descubrir la visión de los españoles del alcohol al volante y los controles para evitarlo.
Uno de los datos que más ha sorprendido es que el 30% del total de encuestados cree en la existencia de trucos que permiten burlar los controles de alcoholemia. Entre los más citados el beber agua, esperar dos horas para coger el coche, mascar chicle; y otras mucho más extrañas como comer césped, chupar baterías de litio o monedas de cobre, beber aceite o tomar pasta de dientes.
Datos extraídos de la encuesta
La mayoría de los encuestados ha oído hablar de estos trucos (44%), pero solo un 10% reconoció haber intentado alguno de estos mitos en un control. En cuanto a la aprobación social de estas prácticas, un 9% lo considera correcto para intentar evitar las multas.
El perfil del conductor que utiliza estos trucos es varón de entre 18 y 29, que utiliza herramientas como whatsap o internet para evitar controles y reconoce haber conducido alguna vez bajo los efectos del alcohol.
También se ha analizado el conocimiento que tienen los conductores de los límites permitidos y las sanciones. 2 de cada 3 desconocen cuál es la tasa máxima y un 94% no saben cual es el límite para el delito. Los hombres y los menores de 30 años son los que mejor conocen los porcentajes permitidos y las sanciones, pero paradójicamente son los que más admiten haber conducido bajo los efectos del alcohol. Otro dato de interés es que el 66% de los encuestados creen que responden a un afán recaudatorio.
