El Altea-Eko es un avión no tripulado de seis metros de envergadura y solo 80 kilos de peso, construido en fibra de carbono. Ya se han fabricado ocho unidades. Sus principales cifras serían: un radio de acción de 500 km, velocidad punta de 150 km/h, una autonomía de vuelo de 4,5 horas, un consumo de cuatro litros de gasolina a la hora y una altitud máxima de 20.000 pies, poco más de 6.000 metros.
Alberto Anaut, consejero de la compañía, mencionó durante la presentación del sistema, recientemente en Madrid, que "estamos hablando del fruto de siete años de esfuerzo, llevados a cabo por una empresa totalmente española, con ingenieros españoles. Hemos roto con el viejo estigma del ‘que inventen ellos’, que arrastramos desde la Generación del '98".
El presidente de Flightech Systems, Francisco Gallá, explicó los orígenes de la compañía, que cuenta con una veintena de accionistas, y los pormenores del desarrollo de este RPA, un avión tripulado desde tierra "que puede aterrizar, despegar y volar solo, con la introducción de un simple plan de vuelo que, además, es modificable en tiempo real".
Colaboración
Gallá destacó que han hecho falta siete años y nueve millones de euros para lograr el objetivo, que no es otro que "certificar el avión. No valía solo con construirlo, sino que tenía que ser legal desde cualquier prisma. Por eso, hemos trabajado de la mano de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea". Por eso, la directora de la Agencia, Isabel Maestre, participó en el evento afirmando que "el vuelo de este aparato es seguro", y adelantando los trabajos que se están llevando a cabo para la legislación que requiere su uso "en colaboración con el sector. Hemos configurado tres grupos de trabajo con 42 voluntarios, que elaboran el borrador del Real Decreto, el cual esperamos aprobar a comienzos de 2014".
"El actual desarrollo del Altea-Eko no tiene previsto el transporte de mercancías. Se trata de un modelo de negocio basado en aplicaciones de uso civil, como las labores de vigilancia, detección prematura de incendios, protección, y vigilancia de infraestructuras, labores científicas, seguridad, control del tráfico, medioambiental...", apuntan los responsables de la empresa. Al respecto de sus posibilidades, y a raíz de las pruebas que está realizando Amazon en Estados Unidos, concretan que "el transporte de paquetería es una de las aplicaciones que indudablemente podrán tener los ‘drones’. Si bien habría que apuntar que el tipo de transporte será muy concreto, es decir, se podrá utilizar para transporte de material ligero, de valor o urgente. Un ejemplo podría ser el servicio de Correos, un avión no tripulado podría enviar correspondencia urgente a Baleares o Canarias, pero deberá aterrizar en una pista adaptada que, para el caso de este tipo de aviones, podría ser de escasos metros de longitud. En ningún caso podría hacer un envío a la puerta de casa".
