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La CE publica una estrategia para una movilidad de bajas emisiones

Existen 70.000 millones de euros disponibles para el transporte mediante los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos

miércoles 27 de julio de 2016, 07:00h
Comisaria de Transportes de la CE, Violeta Bluc.
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Comisaria de Transportes de la CE, Violeta Bluc.

La CE ha presentado un conjunto de medidas para acelerar la transición hacia tecnologías de baja emisión de carbono en todos los sectores de la economía europea.

La Comisión Europea (CE) está trabajando para mantener la competitividad de la UE a medida que el modelo socioeconómico global vaya evolucionando hacia esa economía moderna e hipocarbónica promovida por el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Las propuestas de la Comisión establecen orientaciones claras y equitativas con el fin de que los Estados miembros se preparen para el futuro y se mantenga la competitividad de Europa. Tales propuestas forman parte integrante de la Unión de la Energía y de una política de cambio climático orientada al futuro.

La estrategia de movilidad de bajas emisiones enmarca las iniciativas que la Comisión tiene previstas en los próximos años, y los mapas de las áreas en las que está explorando opciones. También muestra cómo las iniciativas en campos relacionados están vinculados y cómo se pueden lograr sinergias. Debe ser visto como una de las herramientas de modernización de la economía europea y reforzar su mercado interior.

Estrategia de movilidad

Los principales elementos de la Estrategia son:

- Incrementar la eficiencia del sistema de transporte mediante el aprovechamiento de las tecnologías digitales, precios inteligentes y fomentar aún más el cambio a los modos de menor emisión de transporte.

- Acelerar el despliegue de energías alternativas de baja emisión para el transporte, como los biocarburantes avanzados, la electricidad, el hidrógeno y los combustibles sintéticos renovables, junto con la eliminación de los obstáculos a la electrificación del transporte.

- Avanzar hacia vehículos cero-emisiones. Si bien se necesitan más mejoras en el motor de combustión interna, Europa ha de acelerar la transición hacia vehículos de bajas y cero-emisiones. (Legislación de la UE se refiere actualmente a los vehículos de bajas emisiones como vehículos que tienen las emisiones del tubo de escape por debajo de 50 g/km. Esto incluiría algunos vehículos híbridos enchufables, los totalmente eléctricos y los de pila de combustible, es decir los vehículos impulsados por hidrógeno. Los dos últimos ejemplos también representan los vehículos cero-emisiones).

Fondos disponibles para apoyar estas acciones

La estrategia se basa en mecanismos y fondos existentes. El Plan de Inversión del presidente Juncker para Europa juega un papel muy importante, realizándose avances significativos en los proyectos que se encuentran financiados por el Fondo Europeo de Inversión Estratégica. Además, existen 70.000 millones de euros disponibles para el transporte mediante los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos, incluyendo 39.000 millones de euros para apoyar la transición hacia la movilidad de bajas emisiones, de los cuales 12.000 millones de euros están destinados para bajas emisiones de carbono y la movilidad urbana sostenible. En el marco del programa de investigación Horizonte 2020, 6,4 millones de euros están disponibles para proyectos de movilidad baja en carbono.

La estrategia de movilidad de bajas emisiones enmarca las iniciativas que la CE tiene previstas en los próximos años

Intensificación de la acción en autobuses, autocares y camiones

La Comisión acelerará el trabajo para reducir las emisiones de dióxido de carbono de camiones, autobuses y autocares, que actualmente representan alrededor de una cuarta parte de las emisiones de dióxido de carbono del transporte por carretera y su proporción va en aumento.

Mientras camiones, autobuses y autocares han estado sujetos a unas normas de contaminación del aire similares a los de los coches y furgonetas, ahora están obligados a reunirse con ellos en condiciones reales de conducción, la UE no tiene ni las normas de eficiencia de combustible para ellos, ni un sistema para monitorear sus emisiones de dióxido de carbono. En otras partes del mundo, como Estados Unidos, China, Japón y Canadá, ya se han introducido normas, y algunos fabricantes europeos participan en estos esquemas.

Junto con esta estrategia, la Comisión está lanzando una consulta pública que se centra principalmente en el seguimiento y la notificación de las emisiones, pero que también un primer feedback sobre las normas.