El carrocero manchego no ha notado demasiado el impacto de la crisis gracias a la cartera de pedidos existente, aunque no descarta problemas en el corto plazo en función de cómo se desarrolle la pandemia.
“Estamos atravesando una situación muy incierta para todos”, afirma el responsable de Comercio Exterior de Farcinox, Rubén Sanz, al tiempo que confirma que “en nuestro caso, estamos intentando minimizar el impacto del virus tanto a nivel de salud como de negocio. Por un lado, no tenemos que lamentar ningún contagio entre nuestro personal, gracias en parte a las medidas de seguridad e higiene que todos estamos siguiendo al pie de la letra”.
Y por otro lado, ya en el ámbito más profesional, Sanz apunta que “estamos trabajando bastante bien. Teníamos una cartera asegurada hasta finales de 2020, y es nos permite continuar en una línea de operación importante. Tampoco hemos sufrido cancelaciones ni retrasos en los pagos más allá de lo que puede ser habitual en nuestro negocio, al menos de momento. Esa cartera de pedidos nos concede un cierto colchón y nos permite tener tiempo para reaccionar ante el posible descenso de la demanda”.
'Exportamos el 10% de la producción, por lo que el internacional es una vía donde podemos encontrar clientes'
Sanz reflexiona acerca de la situación de la flota, que “tras la crisis anterior se vio envejecida, y ahora estaba en proceso de recuperación. Esta crisis va a repercutir, sin duda, en dicho proceso de renovación y es muy probable que se ralentice hasta que la situación de incertidumbre actual mejore”.
Mirando al futuro
Mirando un poco al futuro, “si los efectos de la pandemia no se extienden más allá de unos meses, o como mucho un año, creemos que no tendremos demasiados problemas para superarla. Estamos paliando el descenso de la entrada de pedidos con un mayor esfuerzo de captación de clientes en el mercado internacional donde, a pesar de estar en mejor posición exportadora que en 2008, aún tenemos margen de mejora”, declara Sanz, “dado que exportamos el 10% de la producción. Otra cosa será que la incertidumbre se alargue más. Entonces, veremos qué sucede”.
En cualquier caso, “la evolución de Farcinox no pasa por reducir ni la plantilla ni la capacidad de producción. Nuestras bases de postventa, en Constantí y Pedro Muñoz, operan de manera estable, pues como dije antes, los vehículos dedicados a la alimentación no han parado y han requerido de nuestro servicio”. Sanz confirma que “tampoco vamos a ralentizar nuestra evolución tecnológica. Los proyectos que tenemos en marcha se diseñan a uno o dos años, y seguiremos con la misma inversión en I+D. De hecho, en las últimas semanas hemos presentado algunas novedades al mercado, como mejoras en el chasis Moduline, en el proceso de fabricación de piezas por estampación o una nueva escalera móvil, y tenemos previstas algunas más de cara a final de año”, concluye Rubén Sanz.
