La Corte europea desestimó el recurso presentado por la empresa contra la sanción que Bruselas le impuso en 2005 en el marco de una decisión que afectó también a la alemana Bayer, a la holandesa Flexsys y a la estadounidense Crompton, posteriormente llamada Chemtura.
Según la Comisión, la alemana Bayer, la holandesa Flexsys y la estadounidense Crompton se pusieron de acuerdo para intercambiar informaciones y aumentar los precios de productos químicos para el tratamiento del caucho en los mercados europeos y a escala mundial entre 1996 y 2001, mientras que General Química -filial de Repsol- se sumó a estos pactos en 1999 y 2000.
El importe total de las multas ascendió a 75,86 millones de euros, de los que más de 58 millones correspondieron a Bayer y 3,38 a General Química. La CE consideró además que, pese a no haber formado parte del cartel, Repsol YPF y Repsol Química eran "responsables del comportamiento" de su filial General Química.
Los antidegradantes y los acelerantes producidos por las empresas sancionadas son productos químicos sintéticos u orgánicos que sirven para mejorar la fabricación y las características del caucho, sobre todo en la producción de neumáticos para automóviles y otros vehículos. Según el Tribunal, estas sustancias químicas son las más importantes en términos de valor de mercado de todas las utilizadas en la industria del caucho.