A pesar de ello, Bruselas cree que, en conjunto, los antiguos 15 Estados miembros todavía están a tiempo de respetar su compromiso colectivo de recortar un 8% las emisiones de CO2 en 2010 respecto a los valores de 1990 y que podrían lograr incluso una reducción global superior, del 11,2%. De acuerdo con el reparto interno pactado entre los Quince, a España le correspondería limitar el aumento de emisiones a un 15% respecto a 1990. Pero, con las políticas actuales, el incremento en 2010 será del 42,3%. Con la obtención de créditos mediante inversiones para recortar el CO2 en países terceros, un mecanismo previsto por Kioto, se podría lograr una disminución adicional del 11%, y con planes de reforestación, otro 2%. Aun así, en el mejor de los casos, la subida en España se situará en el 29,2%.
El comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas, señaló en rueda de prensa que los datos de España "no son buenos" pero agregó que las autoridades españolas "son conscientes de ello" y están tomando nuevas medidas para reducir las emisiones. En este sentido, destacó que el Gobierno está desarrollando "una política muy ambiciosa de renovables y es uno de los tres países más avanzados en tecnologías de renovables" y que ha elaborado un plan de asignación de emisiones "bastante estricto" para la industria para el periodo 2008-2013. "Tenemos que animar a España a que tome todas las medidas necesarias para alcanzar el objetivo de reducción que tienen", dijo En 2005, las emisiones en España aumentaron un 3,6% respecto al año anterior y un 52,3% respecto a 1990. Las principales causas de estos incrementos son el mayor uso de combustibles fósiles para generar electricidad y suministrar calefacción y el aumento del transporte por carretera, según un informe publicado por la Agencia Medioambiental Europea.