La inauguración del evento corrió a cargo de María José Anguita, en representación de la Dirección General de Transportes del Gobierno de Aragón, quien dio la bienvenida a los participantes y, tras destacar el interés de la materia objeto de la sesión, facilitó datos básicos sobre el número y dimensión de las empresas transportistas con sede en esta Comunidad Autónoma.
Seguidamente le tocó el turno a Miguel Angel Ochoa, presidente del Patronato de la Fundación Francisco Corell, para explicar las principales actividades de esta entidad (que este año cumple su décimo aniversario), como jornadas de estudio, publicaciones, premios de investigación... siempre en relación directa con el transporte. Finalmente, cerró el acto de apertura Jesús Angel Lapuente, presidente de Fetraz, que se refirió al interés que esta clase de encuentros presenta para las asociaciones profesionales.
Ponencias
El primer ponente fue Francisco Sánchez-Gamborino, abogado especialista en transportes y sus seguros, y presidente del Grupo de Trabajo "Seguros de Transporte" en la Asociación Internacional de Derecho de Seguros – Sección Española (SEAIDA). Hizo hincapié en que en España, el de mercancías legalmente no es obligatorio pero sí aconsejable; y que en realidad coexisten dos clases de seguros: el de daños a la mercancía y el de responsabilidad del transportista, los cuales deberían coordinarse e incluso unificarse, según recoge la LOTT.
Fernando Martínez Sanz, catedrático de Derecho Mercantil de la Universidad de Castellón y director del CEDIT, se refirió al delicado momento de contratar el seguro de transportes y comparó los dos clausulados más habituales (el de Unespa y el inglés ICC), destacando sus diferencias. A continuación, Alberto Emparanza, también profesor de Derecho Mercantil, pero de la Universidad del País Vasco, trató de las relaciones asegurador-asegurado una vez se ha producido el siniestro (cubierto).
A continuación tuvo lugar una Mesa Redonda, para discutir problemas más concretos que se presentan en la práctica, como que los siniestros se producen generalmente en lugares incontrolados, sin presencia policial cercana; la escasez de aparcamientos vigilados; y el saqueo del vehículo que sigue a cualquier accidente con mercancía de algún valor. La falta de adecuación de las pólizas a las necesidades del transporte, y la necesidad de vencer la incomunicación con los clientes fueron algunas de las restantes conclusiones.
