El dispositivo se votará los próximos 29 y 30 y, de ser aprobado por el consejo municipal, comenzaría a aplicarse de forma experimental y sin cobrar a partir del 1 de octubre.
Su aplicación definitiva, a través de detectores equipados con GPS, se implantaría en enero de 2015, indicó al canal de televisión BFM TV el responsable de Transporte del consistorio, el ecologista Christophe Najdovski.
El impuesto supondría un gravamen de unos 0,13 euros por kilómetro para los camiones que superen 3,5 toneladas de peso, lo que permitiría a la capital recaudar unos 5 millones de euros al año.
Ese dinero se destinaría a seguir desarrollando la oferta de transporte público en la capital francesa.