De esta manera se afianza la evolución en el cumplimiento de la vigente legislación en materia de morosidad en las relaciones comerciales.
La comparativa interanual muestra que el plazo de pago se ha acortado en una media de más de seis días desde la fecha de factura. Mientras que entre enero y septiembre 2017 este valor se situó en 87,2 días, en lo que llevamos de 2018 ha pasado a ser de 81 días, lo que constituye aproximadamente seis días menos.
Estos valores medios que responden a descensos en todos y cada uno de los meses, son más acusados en febrero, con doce días menos, y en septiembre con nueve días menos.